Tenerife Espacio de las Artes (TEA) acoge mañana viernes a las 18.00 horas la proyección del documental 'Teneguía, el volcán amable' con el objetivo de conmemorar el aniversario de su erupción, ocurrida el 26 de octubre de 1971. También se exhibirá en el Centro Cultural de Los Cristianos, en Arona (19.00 horas), y en el antiguo Hotel Taoro, en Puerto de la Cruz (20.30 horas).

Este documental, de 33 minutos de duración en castellano, con subtítulos en inglés, alemán y portugués, es una producción de Centrífuga Producciones, junto con el Instituto Volcanológico de Tenerife (Involcan) y Televisión Española (TVE).

Su finalidad es contribuir a fortalecer la memoria de los residentes de Canarias sobre la belleza del poder de la fuerza de la naturaleza que representa el fenómeno volcánico, y recordar la importancia de una buena convivencia del ser humano con sus volcanes para minimizar sus riesgos y maximizar las numerosas oportunidades que conlleva vivir en una región volcánicamente activa como Canarias.

Asimismo, pretende ser uno de los numerosos productos que puede contribuir al enriquecimiento del Plan de Competitividad 'Islas Canarias, una experiencia volcánica', y al fortalecimiento del tejido económico y empresarial ligado al sector turístico de Canarias mediante la potenciación del fenómeno volcánico de Canarias como atractivo turístico.

La erupción del Teneguía es una de las más recientes, cuya actividad dio comienzo el 26 de octubre de 1971 cerca del pueblo de Fuencaliente, al sur de la isla de La Palma. El documental es un retrato plagado de experiencias científicas y vivencias personales de los testigos directos de la erupción, cuyas vidas quedaron marcadas para siempre por el poder de la naturaleza.

Además, este documental muestra la íntima relación de convivencia, respeto y aprendizaje del ser humano con un entorno volcánico como es el canario. Esta erupción volcánica se convirtió en un atractivo turístico y mediático sin precedentes, un espectáculo de la naturaleza que pudo ser disfrutado a todas horas desde puntos de observación cercanos y sin peligro aparente, pero también fue un escenario idílico para los científicos, un laboratorio vivo que les permitió aprender de cara al futuro.