La Audiencia Provincial de Palma ha condenado a diez meses de prisión a un acusado de forzar la ventana de una furgoneta para introducirse en ella y buscar objetos de valor, si bien lo que encontró fueron tres monedas de euro que finalmente acabó llevándose. En concreto, sobre el inculpado pesa un delito de robo con fuerza en las cosas en grado de tentativa.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, confirma la que ya dictó el Juzgado de lo Penal número 4 de Palma, y que fue recurrida por el acusado. Su defensa alegaba una vulneración del derecho a la presunción de inocencia por no existir prueba suficiente contra él, y solicitaba su absolución o, de forma subsidiaria, que fuera condenado como autor de un delito de hurto.

Tal y como considera probado la sentencia, los hechos sucedieron en torno a las 15.00 horas del 18 de agosto de 2011, cuando Gabino B.M. observó que el cristal de una de las ventanillas de la furgoneta tenía abierto un dedo, por lo que procedió a apalancarlo hacia abajo para poder así abrir la puerta. Una vez dentro del turismo, comenzó a revolver la guantera y otras partes del vehículo.

El inculpado sustrajo finalmente tres monedas de euro de la furgoneta, que había sido estacionada por su titular unos 40 minutos antes. Minutos después de que tuvieran lugar los hechos, a unos 50 metros del lugar el acusado fue detenido por agentes de la Policía Nacional, mientras que estuvo en prisión preventiva por esta causa un total de tres días.

Durante el juicio, una testigo explicó cómo había visto al imputado asomarse a varios coches y posteriormente acceder a la furgoneta del denunciante, bajando antes la ventanilla lateral izquierda tras introducir la mano en la ranura que había dejado el propietario y presionarla hacia abajo.

En esta misma línea, el tribunal destaca el cambio de versión producido en el acusado, quien en su primera declaración dijo que había abierto la puerta del coche con la manilla mientras que en la vista oral sostuvo que había introducido el cuerpo por la ventana para coger las monedas, defendiendo de este modo no haber incurrido en un delito de robo con fuerza.