Michael Fassbender pasa de los Oscar. El protagonista de 12 años de esclavitud, lo nuevo de Steve McQueen que ya suena con fuerza como uno de los títulos llamados a ser protagonistas en la próxima edición de los premios de la Academia de Hollywood, se niega a a hacer campaña durante la inminente temporada de premios.

Puede que por venganza, la Academia le dejó fuera de los nominados hace un par de años cuando con su trabajo en Shame, también de McQueen, parecía uno de los favoritos a la estatuilla, o simplemente porque ahora sabe que ya es uno de los chicos de moda de Hollywood, lo cierto es que Fassbender se niega rotundamente a entrar en el circo mediático que supone la carrera para los Oscar.

"No voy a pasar por eso otra vez", afirma el actor en una entrevista publicada en la revista GQ en la que niega que vaya a promocionar 12 años de esclavitud en la temporada de premios.

Y todo a pesar de que, un año más, su trabajo como Edwin Epps, un siniestro y desalmado propietario de esclavos, está en las quinielas para los Oscar.

"Simplemente no va a suceder, porque voy a estar en Nueva Zelanda. Voy a estar en el otro lado del mundo. Aunque lo entiendo, sabes. Todo el mundo tiene que hacer su trabajo así que puedes intentar ayudar y facilitar todo de la mejor manera posible, pero no voy a someterme a ese tipo de situación otra vez", afirma.

"Es todo muy aburrido y yo no soy político, soy actor", sentencia Fassbender, que sí que acompañó al director Steve McQueen, su amigo personal con el que ha trabajado en otras dos películas, en la presentación de 12 años de esclavitud en citas como el Festival de Nueva York o el Festival Internacional de Cine de Toronto.

El actor irlandés de ascendencia alemana acaba de terminar el rodaje de X-Men: Days of Future Past, la nueva entrega de la saga de mutantes de Marvel donde encarna a Magneto, y tiene pendiente el estreno de El consejero, lo nuevo de Ridley Scott, la atípica comedia Frank y la nueva película, todavía sin título, de Terrence Malick.