Pat Storey, obispa: "Las católicas me dicen que sería maravilloso que hubiera mujeres sacerdotes"

La irlandesa Pat Storey es la primera mujer ordenada obispa en Europa.
La irlandesa Pat Storey es la primera mujer ordenada obispa en Europa.
Church of Ireland
La irlandesa Pat Storey es la primera mujer ordenada obispa en Europa.

Irlandesa de 53 años, Pat Storey ha hecho historia al convertirse en la primera mujer obispa anglicana de Europa. Casada con el reverendo Earl Storey, y madre de dos hijos, Carolyn y Luke, fue ordenada sacerdote de la Iglesia anglicana en 1998. En pleno debate sobre el lugar de la mujer en la Iglesia, concede una entrevista a 20minutos.es.

Señora Storey, usted ha hecho historia al aceptar uno de los puestos de mayor poder en la Iglesia de Irlanda. ¿Qué se siente al ser la primera obispa anglicana de Europa?

Contenta e intimidada, a partes iguales. No tanto por la cuestión del género como por el hecho de convertirme en obispa. Yo nunca me vi como un una pastora anglicana, sino como un pastor que casualmente es mujer. Sé que esto es una cuestión de gran relevancia para muchas personas, pero para mi es simplemente una llamada de Dios, y mi sexo es secundario. Ya le digo, contenta e intimidada.

En Inglaterra todavía persiste el debate sobre si las mujeres deben de ser obispas. Hace un año lo descartaron y en noviembre vuelven a debatirlo. Dígales, ¿qué puede una mujer aportar a ese puesto fundamental?

Sé que puede sonar raro. Algunas personas dirán que las mujeres nos entregamos a la comunidad y tenemos más empatía, pero yo he conocido hombres muy empáticos y mujeres que no lo son en absoluto. En cuanto a mí, creo que aportaré al cargo amabilidad y empatía, más por el hecho de ser madre que por ser mujer. Eso es más relevante. Creo que la comprensión y el instinto protector de ser madre es más revelador que el ser mujer.

Las voces críticas argumentan que Cristo eligió a los apóstoles hombres y que los curas tendrán problemas para obedecer a una mujer superior, ¿se ha sentido rechazada?

Personalmente nunca he tenido que afrontar dificultades, tal vez porque nunca he puesto énfasis en el hecho de ser mujer y nunca esperé que eso me trajera alguna oposición. Aún así, soy consciente de que incluso en la Iglesia de Irlanda hay algunos que tienen problemas con la idea de que haya una mujer obispa. Pero les recomiendo que lean las escrituras de forma global y vean que Cristo era muy inclusivo, que siempre se rodeó de mujeres, que se apareció ante mujeres en su resurrección y que las mujeres éramos muy importantes en la primera Iglesia. Tenemos que mirar las escrituras de forma global y dar igualdad de oportunidades a la mujer.

La obispa anglicana de Los Ángeles reivindica que hay una manera distinta de ejercer el liderazgo por el hecho de ser mujer, ¿cuál es su visión?

Sí pienso que la mujer es, quizás, más colaboradora, pero casi prefiero hablar de mi misma que de la mujer en general. Yo creo en un liderazgo sabio, que haga a la gente trabajar junta y feliz, pero eso es parte de mi personalidad.

Cuando la nombraron pidió 24 horas para preguntar a su familia, ¿por qué lo hizo?

Primero porque fue un 'shock' cuando me lo comunicaron. Mi marido es empresario y tenía que estar de acuerdo con un cambio de ciudad (de Derry a Dublín). No era razonable aceptar sin comunicárselo a los que más me importan. Además, tuve que rezar para saber qué decisión tomaba, no iba a cogerlo solo por el hecho de que me lo ofrecieran.

¿Qué es la fe hoy en día, según la primera obispa?

Creo que la fe es ahora tan importante como lo ha sido siempre. Vivimos tiempos de grandes cambios. Pero el mensaje de esperanza de Jesús es el mismo y lo necesitamos más que nunca. Es cierto que hay una tendencia a la secularización, pero estoy convencida de que la gente es enormemente espiritual y de que Jesús es lo que necesitan.

En la Iglesia Católica no es concebible una mujer sacerdote, y menos casada, con hijos y obispa. Pero, el Papa Francisco ya ha lanzado mensajes de cambio. ¿Qué le parece?

La Iglesia se mueve despacio, a veces muy despacio. Nuestras primeras mujeres sacerdote llegaron en los años noventa, después de muchos años de debate. No me gusta comentar otras Iglesias, pero le diré que las mujeres católicas con las que coincido me han expresado que sería maravilloso que hubiera mujeres en el sacerdocio. Creo que sienten que el servicio es un lugar también para la mujer y en el que tiene mucho que aportar la mujer, que no es ninguna contradicción.

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