El coordinador IU de Gijón, Marcos Muñiz, ha denunciado este viernes la incapacidad de las administraciones públicas para controlar la contaminación por partículas en suspensión.

En una nota de prensa, Espina destaca "las competencias compartidas sobre la calidad del aire y critica la falta de ambición de los gobiernos local y asturiano ante un "problema de salud pública".

En su opnión, la nube tóxica producida este lunes dibuja "un escenario repetido el cual no ataja la empresa, y que ni el gobierno asturiano ni el Ayuntamiento solucionan a pesar de los terrbles efectos para la salud que pueden ocasionar". Recuera que hace un par de semanas, Marcos Muñiz, tras haber analizado los datos de calidad del aire junto con el ingeniero técnico industrial y portavoz en Asturies de Ecoloxistes n*Aición Paco Ramos, "denunció que el Ayuntamiento tiene competencias para tratar el asunto "pero no tiene ningún interés en atajar este problema".

Muñiz explica que "todas las estaciones de medida de Gijón sobrepasan ampliamente las medias recomendadas por la Organización Mundial de la Salud y, que la estación ubicada en La Calzada- Natahoyo supera incluso alguno de los valores límites legales y por tanto, no podemos permanecer impasibles", ha señalado.

"Llama la atención que la alcaldesa pretenda cargar todas las culpas contra el Principado cuando en los municipios de más de 50.000 habitantes las competencias de control sobre la calidad del aire corresponden de forma simultánea a la administración autonómica y a la local", explica el coordinador del área de Ecología y Sostenibilidad de IU-*Gijón", Luis Miguel F. Romero.

Desde IU-*Gijón sostienen que el Ayuntamiento "sólo ha tomado medidas aisladas y con muy escasos efectos, todas ellas centradas en las emisiones de CO2 pero apenas ha abordado la reducción de otras emisiones como dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno o partículas en suspensión (conocidas genéricamente como PM10)".

Así, anima al gobierno local a llevar acabo estudios sobre la procedencia de las partículas, mediante un análisis de los vientos en los días con registros más preocupantes. De esta manera, "se podría determinar el origen de la contaminación y presionar a los responsables para que le pongan remedio", ha apuntado.

A su vez, "esta vía puede dar argumentos a las administraciones para forzar a la industria contaminante a aplicar medidas de seguridad ambiental en sus procesos internos o a invertir en filtros y otro equipamiento", comenta.