La exdirectora de la Oficina de Atención a Víctimas del Terrorismo del Gobierno vasco y viuda de Juan Mari Jauregi, asesinado por ETA en el año 2000, Maixabel Lasa, ha pedido este viernes al Gobierno central que permita "seguir trabajando" a los mediadores de los encuentros entre víctimas de ETA y presos de la banda arrepentidos, interrumpidos desde que el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, llegó a la Moncloa.

En una entrevista a Euskadi Irratia, recogida por Europa Press, Lasa también ha solicitado a los presos de ETA arrepentidos que "trabajen mucho", tanto dentro de las cárceles "con otros presos", como "en la calle con los jóvenes, por ejemplo, contándoles su postura".

Maixabel Lasa, viuda del exgobernador civil de Gipuzkoa asesinado por ETA en el año 2000, Juan Mari Jauregi, es una de las protagonistas del libro 'Los ojos del otro', presentado este jueves y que narra los encuentros entre presos arrepentidos de ETA y víctimas.

"Al Gobierno, ya que tiene la competencia de prisiones, le pediría que deje seguir trabajando a estos mediadores, porque es muy importante lo que hacen. A los presos de ETA que han tomado esta postura les pediría que trabajen mucho, tanto dentro de la cárcel con otros presos, haciendo autocrítica, reflexionando o, por lo menos, creando debate, como en la calle, porque fuera pueden hacer mucho trabajo con los jóvenes, contándoles su postura", ha explicado.

Asimismo, Lasa ha señalado que "no pensaba" que personalmente le iba a aportar "nada bueno" el hecho de entrevistarse con uno de los tres condenados por el asesinato de su marido, Luis Carrasco, "pero vimos que lo que hacíamos iba a servir de apoyo para trabajar en ese camino hacia la paz y la convivencia".

Además, ha asegurado que, para las víctimas, "no es lo mismo que cuando una persona sale de la cárcel salga como un héroe, orgulloso de lo que ha hecho, o que salga arrepentido de lo que ha hecho, pidiendo perdón y haciendo autocrítica por lo que ha realizado".

"Las víctimas tenemos muy claro que no es lo mismo, y para mí es importante pensar que, en mi caso, hay tres personas cumpliendo condena en estos momentos, y que dos de ellas están arrepentidas de haber matado a Juan Mari, y eso me da algo que no pensaba que iba a tener, una especie de paz interior. Al fin y al cabo, quiero ser una persona normal, como todo el mundo, no quiero ser víctima toda la vida", ha afirmado.