La Generalitat de Cataluña incrementará los controles de las familias de acogida para evitar nuevos casos de abusos a menores, como el que se está investigando en estos momentos en Castelldans (Lleida).
El informe interno encargado desde el Departamento de Bienestar Social y Familia de la Generalitat para esclarecer el caso del pederasta del Castelldans ha concluido que los niños acogidos sufrían carencias de higiene, iban con ropa vieja y que su cuidador no respondía cuando se lo solicitaba desde la escuela.
En ningún caso, según ha explicado este lunes la consellerera de Bienestar Social y Familia, Neus Munté, había ninguna sospecha de que estos menores pudieran estar sufriendo abusos sexuales.
Aún así, la consellera ha pedido perdón públicamente a todas las víctimas de las supuestas agresiones sexuales, porque este caso demostraría que el sistema les ha fallado. Ante esto, la conselleria ha abierto un expediente sancionador a la Fundación Concepció Juvanteny por desatender los avisos que recibiía sobre todo desde la escuela de los menores.
Munté también ha anunciado más control sobre las familias de acogida. Entre otras cosas, se establece un test psicológico más detallado, aunque será voluntario, para detectar posibles anomalías que puedan derivar en abusos. En Cataluña, hay 600 familias de acogida.
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