Cuando el huracán Katrina asoló en 2005 el área metropolitana de Nueva Orleáns y provocó una crisis humanitaria pesimamente gestionada por la administración estadounidense, la artista Kara Walker relacionó lo que estaba viendo el mundo en directo a través de la televisión con una imposible retransmisión desde el pasado: la realidad del llamado middle passage, el triángulo del océano Atlántico a través del cual circulaban los barcos europeos de los traficantes de esclavos africanos —sólo en el siglo XVIII hicieron a la fuerza el viaje 2,5 millones de personas, entre las que se dió una mortandad del 15% de los secuestrados—.

"Estoy viendo imágenes que son muy familiares: gente negra en estado de desesperación, de vida o muerte. Y la superficie del agua asomando todo lo corpóreo: los excrementos, las aguas residuales... Fue una reinscripción de todos los estereotipos sobre el cuerpo de los negros", declaró Walker, que realizó a partir del desastre la serie After the Deluge (Después del diluvio), estremecedoras siluetas de papel negro que esquematizaban el viejo negocio de la trata de seres humanos y el nuevo abandono al que los negros de hoy deben hacer frente en los EE UU.

Nacida en 1969 en Stockton-California y una de las artistas más comprometidas con el análisis de las relaciones de poder y dominación que ejercen en su país la mayoría blanca sobre los negros, Walker expone por primera vez en Londres en una esperadísima muestra que albergará el Camden Arts Center entre el 11 de octubre y el 15 de enero de 2014 (entrada gratuita). El título de la exposición es nítido como un grito: Negress (Negritud).

La peculiar técnica de la artista, que combina las siluetas, en ocasiones de gran tamaño, con las proyecciones de vídeo como telón de fondo, convierte cada exposición de Walker en un show. Esta vez se anuncia que la artista realizará siluetas in situ para poblar varias de las paredes de la galería con escenografías que exploran críticamente las tensiones raciales y de género, basadas en la represión y la violencia, que subyacen en los EE UU.

La artista no ahorra referencias directas a la atrocidad —linchamientos, violaciones, personas quemadas en vida...—, pero les da un enfoque literario y folkórico extrayendo referencias históricas y etnográficas. "Lo mío no va de la negritud por sí misma, sino de la negritud y los arios y de qué significamos, cómo interactuamos, quién tiene el poder", ha declarado.

Sus últimas piezas giran en torno al supremacismo ario y a la cultura de las armas en los EE UU. En la serie de dibujos en grafito Dust Jackets for the Niggerati propone una serie de portadas de hipotéticos libros de ensayos sobre la cuestión racial y en el montaje audiovisual Fall Frum Grace-Miss Pipi’s Blue Tale presenta un siniestro cuento de hadas sobre la "historia secreta" de la esclavitud.