¿Qué pasaba por la cabeza del joven Alberto Durero?

  • El pintor y grabador completó su formación artística a los 19 años y viajó durante cuatro para vivir nuevas experiencias personales y profesionales.
  • Fue la etapa en la que renovó la figura humana dándole una nueva expresividad y basándola en el exhaustivo estudio de su propio cuerpo.
  • Una exposición reúne los dibujos que Durero realizó en los comienzos de su carrera y revela la creciente ambición técnica del maestro del renacimiento.
'Una virgen prudente' (1493), dibujo de Durero expuesto en la galería Cortauld de Londres
'Una virgen prudente' (1493), dibujo de Durero expuesto en la galería Cortauld de Londres
Albrecht Dürer - Samuel Courtauld Trust, The Courtauld Gallery, London
'Una virgen prudente' (1493), dibujo de Durero expuesto en la galería Cortauld de Londres

"El arte permanece oculto en la naturaleza. Aquel que sea capaz de extraerlo de ella, lo tiene", escribía Alberto Durero (1471-1528). Expuesto a la bullente cultura humanista que lo rodeaba en su Núremberg natal —en aquel momento uno de los grandes centros intelectuales y  comerciales de Alemania, entonces el Sacro Imperio Romano Germánico—, el pintor y grabador renacentista completó su formación artística a los 19 años y viajó durante cuatro con el fin de vivir nuevas experiencias personales y profesionales que alentaran su talento.

Creció priorizando la experiencia individual frente a la doctrina recibida y recibió una educación que promovía una curiosidad renovada por el mundo natural. Los trabajos tempranos se basan en la tradición artística, pero no se limitan a ella: los dibujos revelan que reinventó la figura humana y la dotó de una nueva expresividad basándose en el exhaustivo estudio de su propia anatomía.

La muestra The Young Dürer: Drawing the Figure (El joven Durero: Dibujando la figura), en la galería Cortauld de Londres a partir del 17 de octubre y hasta el 12 de enero, se concentra en la etapa inicial de la carrera del artista con una colección de dibujos realizados en los años en que viajó por Centroeuropa (entre 1490 y 1496 aproximadamente), un periodo en el que visitó ciudades como Frankfurt, Colmar, Basilea y Estrasburgo; recibió nuevas influencias y perfeccionó el refinado y meticuloso estilo que lo hizo famoso.

Un autorretrato, estudios de la pierna, de la mano izquierda...

Con trabajos sobre papel del maestro del renacimiento y también dibujos y grabados poco conocidos de autores coetáneos, la exposición demuestra la importancia de esa etapa viajera también como moldeadora de ambiciones: unas de las piezas más representativas de esta idea es un dibujo de 1493 de una figura casi terminada que realizó de la parábola bíblica de las diez vírgenes.

El testimonio revela una combinación sorprendente entre el tratamiento clásico de los pliegos de la ropa, la expresividad del lenguaje corporal y la naturalidad de la melena rizada del personaje femenino. En el lado contrario del papel, hizo varios estudios de su propia pierna, lo que convierte al documento en una síntesis perfecta de lo que el joven tenía en mente a los 22 años: la expresividad renovada de la figura humana y la observación minuciosa de la realidad.

Entre las piezas exhibidas también hay estudios de su mano izquierda y un autorretrato muy diferente de sus opulentas representaciones posteriores. En una tradición muy diferente a la medieval, en la que los artistas se valían de plantillas tipo para dibujar la anatomía, Durero nunca dejó de retratarse reflejando cambios físicos y sociales a lo largo de los años y los trabajos de la exposición son las primeras pruebas de esa creciente necesidad que tuvo de entenderse a sí mismo para entender el mundo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento