Los ejemplares de especies en vías de extinción, como el mono dorado o el gibón, de un zoo de Chengdu, en el suroeste chino, han comenzado a perder los estribos a causa de años de
obligada castidad, publicó el domingo la prensa local.
El problema afecta a una veintena de animales,
sobre todo machos, entre los que también hay rinocerontes, elefantes, ciervos almizcleros y macacos negros crestados, cuya "rareza y unicidad" les ha
dificultado el apareo, dijo el director del parque natural, Wu Kongju, en declaraciones al diario "China Daily".
Trasladarlos a otros parques resulta complicado debido a que son necesarios
tiempo y dinero, de los que el personal de la reserva carece.
Además, otra de las posibilidades como sería la importación de parejas de otros países es "poco viable" porque "hay
procedimientos aduaneros muy estrictos y se deben preparar docenas de documentos para la importación y exportación de animales en peligro de extinción", explicó Wu.
Mientras esperan una solución, los animales deben conformarse con ver "cómo otras parejas viven felices juntas", lo que les vuelve "impacientes, agitados e
incluso violentos", señaló.
Esta situación
no es un caso aislado, puesto que en las reservas de animales salvajes del país unos 5.000 animales de 400 especies amenazadas se ven obligados a vivir en la castidad, según datos publicados por los medios locales.
Pero no son sólo las especies en vías de extinción las que se enfrentan a problemas en un país donde la extensa red de zoológicos tiene graves carencias.
Uno de los últimos ejemplos ha sido el de un zoo privado de la provincia noroccidental de Xinjiang, que, pese a tener sólo 30 animales, no cuenta con los
recursos suficientes para alimentarlos, por lo que ha tenido que reducirles la ración diaria de comida.
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