Los años en que René Magritte declaró la guerra a la lógica

  • El MoMA de Nueva York organiza la primera muestra centrada en el ascenso del artista belga René Magritte (1898-1967) hacia el surrealismo.
  • En sus pinturas y 'collage' comenzó a desfamiliarizar lo familiar y a cuestionar la precisión del lenguaje y de la representación visual.
  • De 1926 a 1938 pintó objetos y los 'bautizó' con nombres que no se correspondían, espejos que reflejaban imágenes imposibles, alucinaciones oníricas...
'El asesino amenazado' (1927), una de las obras de mayor tamaño y carga teatral de Magritte, surrealista belga
'El asesino amenazado' (1927), una de las obras de mayor tamaño y carga teatral de Magritte,  surrealista belga
René Magritte- The Museum of Modern Art, New York
'El asesino amenazado' (1927), una de las obras de mayor tamaño y carga teatral de Magritte, surrealista belga

"La famosa pipa. ¡Cómo me la reprocharon! Y sin embargo, ¿podrías rellenarla? No, es sólo una representación. ¿No es así? Si hubiera escrito en mi cuadro Esto es una pipa, ¡hubiera estado mintiendo!", declaró el pintor René Magritte (1898-1967) justificando una de sus obras más conocidas y contradictorias.

El artista abrazó el surrealismo valiéndose del encanto de la extrañeza. El reflejo de un hombre que mira hacia un espejo y nos da la espalda puede ser —inexplicablemente— el mismo hombre de espaldas. De una chimenea puede salir una locomotora. Nada impide que pintemos un caballo y bajo la representación pictórica escribamos la palabra puerta. Magritte demostró que lo inesperado es lo que activa nuesta mente, que lo convencional no estimula.

Magritte: The Mystery of the Ordinary, 1926-1938 (Magritte: el misterio de lo ordinario, 1926-1938) —una completa exposición que se puede visitar hasta el 12 de enero en el MoMA de Nueva York— es la primera concentrada en exclusiva en la época surrealista más temprana del autor, en los años en que comenzó a desfamiliarizar lo familiar, a provocar que "los objetos corrientes gritaran a pleno pulmón", intentando derrocar al racionalismo opresivo de la burguesía de los años veinte y treinta.

'El asesino amenazado'

Provocaba al espectador repitiendo motivos, desdoblándolos, haciéndo que los reflejos desafiaran la razón, bautizando a los objetos con nombres que no correspondían a la imagen, proporcionando visiones propias de un estado de duermevela... Cuestionaba constantemente la precisión del lenguaje y la representación visual.

La muestra comienza con los collage iniciales de Magritte, creados entre 1926 y 1927 y continúa con su primera exposición individual en la galería de Bruselas Le Centaure, que encumbró al artista como el principal pintor surrealista belga. El recorrido continúa con su estancia en París (donde vivió de 1927 a 1930 para estar más cerca del epicentro del surrealismo) y termina en 1938, el año en que pronunció la conferencia La ligne de vie: una charla autobiográfica en la que narró las experiencias vitales que lo condujeron a adoptar el surrealismo como lenguaje artístico.

Entre los trabajos más peculiares de la colección de 80 piezas (entre cuadros, collage, objetos, fotografías, publicaciones e incluso encargos publicitarios tempranos) está El asesino amenazado (1927), una de las creaciones de mayor tamaño y carga teatral de Magritte: en un escenario plano varias figuras humanas representan con frialdad un terrible asesinato.

Un desnudo dividido en cinco partes

De su época parisina —que supuso la creación de algunas de las pinturas más reconocibles del artista— hay obras tan importantes como la célebre pipa de La traición de las imágenes (1929) y Los amantes (1928), en la que revisa el cliché del beso cinematográfico cubriendo con una tela blanca las cabezas de los enamorados y eliminando el placer voyeurista de contemplarlos. El elenco también incluye la rompedora La evidencia eterna (1930), un desnudo en el que divide el cuerpo femenino en cinco secciones aisladas y borra la frontera entre la escultura y la pintura.

Además de la extensa colección de collage y pintura, la muestra exhibe los objetos surrealistas creados por Magritte a comienzos de los años treinta (esculturas famosas modificadas —como la Venus de Milo— coloreadas con la paleta típica del autor) y fotos que descubren el interés de Magritte por posar ante la cámara con la intención de explorar aspectos que luego plasmaba en sus cuadros.

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