Austria, un país que sigue rozando el pleno empleo pero que crece en desigualdad

Fotografía facilitada por la Cámara de Economía de Viena (WKW) de dos aprendices en una botica en Viena, Austria.
Fotografía facilitada por la Cámara de Economía de Viena (WKW) de dos aprendices en una botica en Viena, Austria.
EFE
Fotografía facilitada por la Cámara de Economía de Viena (WKW) de dos aprendices en una botica en Viena, Austria.

Austria es uno de los países más ricos de Europa, tiene la tasa de desempleo más baja de la Unión Europea (UE) —también entre los jóvenes— y ha salido bien parada de la crisis que azota al continente.

Pero tras el relumbrón de las cifras macroeconómicas se esconde un creciente aumento de la desigualdad y de la pobreza. El paro se sitúa en un envidiable 4,8%, tiene un PIB per cápita de 36.400 euros y es uno de los pocos socios de la Eurozona cuya economía ha superado en 2013 el tamaño que tenía al inicio de la crisis gracias a un potente sector manufacturero y exportador.

El país alpino cuenta con un generoso Estado del bienestar y es uno de los más igualitarios del mundo. Sin embargo, las diferencias han crecido de forma lenta pero sostenida en el último cuarto de siglo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

"El paro, el empleo precario, la pobreza y la exclusión son fenómenos constantes también en Austria y el Estado del bienestar los amortigua con mayor o menor éxito", explica Christian Felber, profesor de Economía en la Universidad de Viena y autor del libro La economía del bien común.

"En los últimos años vemos tendencias hacia la creciente precariedad del empleo y la pobreza", asegura este economista, miembro fundador de la rama austríaca del movimiento Attac, crítico con el neoliberalismo.

Aunque los estudios del Banco Nacional de Austria ya señalaban que la prosperidad no estaba tan repartida como se pensaba, ha sido un reciente trabajo de la Universidad de Linz el que ha sorprendido a todos.

Según ese documento, el 1% más adinerado cuenta con el 37% de la riqueza del país, lo que suponen 469.000 millones de euros, más de lo que posee en conjunto un 90% de la población.

Mientras, medio millón de personas, el 6,2% de la población, está afectada por una pobreza manifiesta, lo que supone un aumento de 140.000 respecto al año 2005, según datos oficiales.

"Contratos temporales y mal pagados"

Las personas en riesgo de caer en la pobreza o en la exclusión social ascienden a 1,4 millones, el 17% de la población. La línea roja que marca ese peligro está en unos ingresos inferiores a los 1.066 euros mensuales.

Para hacer frente a esta creciente tendencia, el Gobierno introdujo en 2011 el llamado "subsidio mínimo", de entre 800 y 1.100 euros por mes, para aquellos sin ingresos ni patrimonio.

No obstante, la poderosa Confederación de Sindicatos (ÖGB) ve en el incremento de los contratos temporales y mal pagados el origen de la creciente desigualdad salarial y la pobreza.

En Austria, alrededor de un millón de los cuatro millones de puestos de trabajo son a tiempo parcial o temporal y, entre 2001 y 2012, esta modalidad ha pasado del 18% al 25,7%, según Eurostat.

"El crecimiento del empleo se hace gracias a los puestos de trabajo a tiempo parcial. La economía necesita ofrecer más puestos de trabajo a tiempo completo", ha demandado Bernhard Achitz, uno de los máximos responsables de ÖGB.

Este tipo de empleos, que son más precarios, ya que están fuera de los convenios, son en su gran mayoría femeninos: representan el 45% de las relaciones laborales de las mujeres, comparado con casi el 26% registrado a mediados de los años 1990.

386 euros por 20 horas de trabajo

Y del medio millón de pobres en el país hay 200.000 que tienen trabajo pero aun así no tienen ingresos suficientes para eludir la carestía.

Entre estos pobres se cuentan personas con los conocidos como "minijobs", subvencionados por el Estado, y que cobran 386 euros por 20 horas de trabajo. Estos trabajos estaban pensados como un complemento a la pensión o al paro, aunque en muchos casos se convierten en la única posibilidad de lograr unos ingresos.

"Hay personas que tienen dos miniempleos y no logran vivir de ellos", explica Verena Fabris, experta en pobreza de la organización humanitaria Volkshilfe.

"Los más ricos aumentan y los pobres también, es así, y lo vemos en nuestro trabajo", asegura al subrayar que sin los fondos públicos la pobreza sería el triple de alta.

El perfil de la pobreza en Austria es el personas de origen inmigrante, sin estudios, desempleados, familias numerosas y madres solteras, así como mujeres con una pensión baja, explica Fabris.

En un céntrico "supermercado social" de Viena, con precios muy por debajo de los de un establecimiento convencional, la mayoría de los clientes no quieren hablar de su situación y sólo uno lo hace, pero sin dar el nombre: no quiere que lo asocien a la pobreza.

"He comenzado a trabajar a media jornada por problemas familiares y gano 750 euros al mes. Pero no siento que sea pobre", asegura un joven en la treintena.

Y quizá esta sea también una victoria del Estado del bienestar en Austria, donde casi la totalidad de la población, desde los ricos hasta quienes ganan poco, se considera de clase media.

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