Merkel: de librarse de los socialdemócratas a un tortuoso 'matrimonio' con los liberales

  • Siendo teóricos socios naturales, Merkel no ha hecho más que chocar con los liberales.
  • Su coalición sirvió a los democristianos para librarse de los socialdemócratas, segunda gran formación alemana y socio en la primera legislatura.
  • El arranque de la alianza estuvo marcada por disensos en materia fiscal, principalmente.
  • Westerwelle pasó de artífice del auge liberal a responsable de su crisis y fue sustituido como líder de la formación y como vicecanciller por Rösler.
La canciller alemana, Angela Merkel, toma asiento en presencia de Guido Westerwelle.
La canciller alemana, Angela Merkel, toma asiento en presencia de Guido Westerwelle.
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La canciller alemana, Angela Merkel, toma asiento en presencia de Guido Westerwelle.

El Gobierno de Angela Merkel celebró esta semana su última reunión antes de las elecciones generales del domingo, una sesión con aires de despedida por la debilidad de los socios liberales, que entraron en el Ejecutivo con un 14,6% de los votos y que se han hundido desde entonces tras sucesivas derrotas en comicios regionales.

Ha sido un equipo repetidamente definido como el más "integrador" de la historia alemana: una canciller crecida en el Este, un titular de Exteriores homosexual, el de Finanzas en silla de ruedas y el de Economía nacido en Vietnam, adoptado de niño por una pareja alemana.

Pero la realidad dice que Merkel y los liberales han sido socios que han chocado en varias ocasiones. El salario mínimo interprofesional ha sido el último de los múltiples disensos en una coalición que ya en su arranque demostró iba a ser menos armoniosa de lo que cabía suponer, siendo teóricos socios naturales.

El FDP se convirtió en aliado de Merkel tras lograr en 2009 el mejor resultado de su historia en unas generales, lo que posibilitó a la canciller liberarse de los socialdemócratas con los que gobernó en su primera legislatura.

Choques ya desde el inicio

La clave del éxito electoral se atribuyó a Westerwelle, por entonces dinámico líder del FDP. Pero ya en las negociaciones de coalición se vio que no todo iba a ser armonía en ese gobierno.

El tira y afloja entre las filas de Merkel y los liberales, hasta firmar el pacto de coalición, fue más intenso que el sostenido cuatro años atrás entre la misma canciller y los socialdemócratas.

El arranque de la alianza estuvo marcada por disensos (en materia fiscal, principalmente) mientras caían los porcentajes del FDP, uno tras otros, en sucesivos comicios regionales.

Westerwelle pasó de ser considerado artífice del auge liberal a responsable de la crisis de electorado y fue sustituido como líder de la formación y como vicecanciller por Rösler.

El relevo no ayudó a recuperar terreno a un partido histórico que formó parte de 17 de los 22 gobiernos federales alemanes, principalmente bajo liderazgo conservador, pero también con los socialdemócratas Willy Brandt y Helmut Schmidt.

Las elecciones bávaras del domingo pasado dejaron al FDP malherido, por quedar sin escaños a una semana de los comicios generales.

El FDP activó la llamada "campaña por el segundo voto", destinado a captar el apoyo "prestado" a las listas del partido del electorado conservador.

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