A la cuarta tampoco fue la vencida. Cuatro era el número que se le asignó a la candidatura de Madrid 2020 en la votación y cuatro son las veces que la capital de España ha optado a ser ciudad olímpica. Y ha fracasado en todas.

La primera de las veces que fue candidata fue en los 60. El objetivo eran los Juegos de 1972. La España tardofranquista empeza a despertar económicamente, principalmente gracias al turismo. Además, el presidente del COI, Avery Brundage, se lo sugirió al Gobierno.

Pero Madrid no estaba preparada y ni siquiera estaban convencidos. Como muestra: el alcalde de Madrid entonces, Carlos Arias Navarro, ni siquiera viajó a Roma (ciudad en la que en 1965 se decidió la sede de los Juegos del 72), aunque sí envió una carta con texto de José María Pemán y unas fotografías del Retiro. Pero a pesar de esta dejadez, Madrid quedó segunda, por detrás de la candidatura de Múnich.

Llegamos al siglo XXI. En 2003, Madrid derrotó a Sevilla en la competición por ver qué ciudad optaría a los Juegos de 2012. La candidatura de Madrid estaba muy bien montada, con un gran aprovechamiento de infraestructuras ya existentes. Contaba con el apoyo de Juan Antonio Samaranch y el apoyo popular era muy alto.

Pero en junio de 2005 en Singapur, cuando se elegía la sede de los Juegos de 2012, el príncipe Alberto de Mónaco puso el dedo en la llaga en el turno de preguntas. Hacía poco más de un año que habían ocurrido los atentados del 11-M y monegasco, que en teoría estaba a favor de la candidatura de París, preguntó si Madrid tenía bien sujeto el tema de la seguridad. La pregunta cayó como un mazazo y se cree que ahí se perdieron las opciones. Madrid fue tercera, por detrás de París y de Londres, que fue la ganadora.

Más tarde se rumoreó que un delegado del COI votó a París por error, cuando quería votar a Madrid. Lo negó.

Madrid lo volvió a intentar cuatro años después, pese a que algunas voces lo desaconsejaban, por aquello de la alternancia de continentes. En efecto, los Juegos se fueron a Rio de Janeiro, aunque esta vez fue la que más cerca estuvo Madrid.

Se jugó la final con la ciudad brasileña, tras las eliminaciones de Tokio (ganadora cuatro años después) y Chicago (la gran favorita). Pero se confirmó que el COI no es muy amigo de que un continente repita Juegos dos veces seguidas. La anterior vez que ocurrió fue cuando Helsinki, en 1952, sucedió a Londres 1948.

Pero en realidad, una de las claves fue la brillante presentación de Brasil: mostraron un mapa en el que marcaban todos los sitios donde se habían celebrado Juegos Olímpicos. En Sudamérica no había ninguna marca. Y eso fue definitivo.

En la por ahora última intentona de Madrid por acoger unos Juegos, los de 2020, las claves del fracaso hay que buscarlas, entre otros aspectos, en la imagen que ofrece el dopaje en España y en la crisis que ha asolado el país.

Dos de las cuatro preguntas que recibió la delegación española en Buenos Aires hacían referencia al doping y a la Operación Puerto.

El segundo factor que ha acabado con las ilusiones de Madrid 2020, y no el menos importante, es la situación económica de España. La desconfianza en la capacidad de llevar a cabo un gran proyecto económico ha terminado con las opciones.