La Comunidad ejecutará la restauración vegetal en el Parque Regional de Calblanque afectada por el incendio de Atamaría

La Consejería de Presidencia, a través de la Dirección General de Medio Ambiente, comenzará este mes de septiembre las obras de restauración vegetal de la zona afectada por el incendio de Atamaría, ocurrido en agosto de 2011 y que afectó a terrenos del Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, entre los términos municipales de Cartagena y La Unión.
Zona incendiada en el Parque Regional de Calblanque
Zona incendiada en el Parque Regional de Calblanque
GOBIERNO REGIONAL
Zona incendiada en el Parque Regional de Calblanque

La Consejería de Presidencia, a través de la Dirección General de Medio Ambiente, comenzará este mes de septiembre las obras de restauración vegetal de la zona afectada por el incendio de Atamaría, ocurrido en agosto de 2011 y que afectó a terrenos del Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, entre los términos municipales de Cartagena y La Unión.

Esta actuación abarca un total de 68 hectáreas de corta y acondicionamiento del terreno, y 58 hectáreas de repoblación distribuidos en cinco proyectos que suman un presupuesto global de 270.247,65 euros, financiados por la Comunidad Autónoma, Obra Social la Caixa y la Unión Europea, a través de Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER) y Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER).

Los objetivos principales de las obras son tutelar la biodiversidad vegetal y regular el régimen hídrico en la zona, mediante el control de escorrentía y la erosión del terreno, según informaron fuentes del Gobierno regional en un comunicado.

El consejero de Presidencia, Manuel Campos, valoró el comienzo de las obras en un enclave de especial valor medioambiental, "con lo que se siguen dando pasos importantes en la recuperación de unos lugares que son emblemáticos para la Región".

RESTAURACIÓN

Las obras de restauración consistirán, en primer lugar, en cortar el arbolado quemado con objeto de mejorar el aspecto paisajístico y la protección frente a plagas y futuros incendios y, a continuación, en acondicionar el terreno con este mismo arbolado.

Para ello, los restos más finos se triturarán para su incorporación al suelo como nutrientes, a fin de aumentar su capacidad de retención de agua; y los troncos relativamente más gruesos, cuya descomposición es más lenta, se utilizarán para construir pequeñas presas o albarradas en los barrancos, evitando la formación de cárcavas profundas, y también se colocarán en cordones horizontales en curva de nivel, formando fajinas, en las zonas de más pendiente para impedir la pérdida de suelo.

Estos troncos experimentarán un proceso de descomposición progresivo, de manera que en un plazo de 10 a 15 años se habrán incorporado al suelo en forma de materia orgánica y habrán impedido o mitigado la pérdida del mismo, mejorando además su fertilidad y permeabilidad.

Por último, se completarán las actuaciones con la siembra o plantación de ciprés de Cartagena, palmito, aladierno, espino negro, mirto, lentisco y el acebuche, entre otras. Con ello se logrará un ecosistema más diverso en flora y fauna asociada, más estable al tratarse de plantas que rebrotan tras el incendio y con un mejor efecto paisajístico, pues estas especies alcanzan una mayor cobertura del suelo y se mantienen verdes todo el año.

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