Los sindicatos no logran paralizar Brasil, pero bloquean transporte y carreteras

Más de mil mensajeros en motocicletas avanzan por la Avenida Paulista, en Sao Paulo, para reclamar mejores condiciones de trabajo durante el "Día Nacional de Luchas" en Brasil.
Más de mil mensajeros en motocicletas avanzan por la Avenida Paulista, en Sao Paulo, para reclamar mejores condiciones de trabajo durante el "Día Nacional de Luchas" en Brasil.
MAURICIO ADACHI
Más de mil mensajeros en motocicletas avanzan por la Avenida Paulista, en Sao Paulo, para reclamar mejores condiciones de trabajo durante el "Día Nacional de Luchas" en Brasil.

Decenas de carreteras de Brasil fueron bloqueadas este jueves y el transporte público paralizado en algunas ciudades por el llamado "Día Nacional de Luchas", convocado por los sindicatos para reclamar mejoras laborales. Aun así, la huelga tuvo un seguimiento popular mucho menor que las protestas sociales del pasado junio.

Los sindicalistas interrumpieron algunas operaciones en centros industriales, refinerías y accesos a algunos puertos, incluido el de Santos, el más importante del país. También se realizaron bloqueos de varias horas en 22 carreteras de seis estados, de los 27 que integran Brasil, según los sindicatos.

En Belo Horizonte paralizaron temporalmente el metro y las líneas de autobuses, que usan más de 200.000 personas diariamente, según las autoridades.

En São Paulo, más de mil mensajeros en motocicletas avanzaban hacia la Avenida Paulista, el corazón empresarial de la ciudad, para reclamar mejores condiciones de trabajo, mientras que en la propia Avenida se iniciaba la concentración para una manifestación, lo que provocó su cierre al tránsito.

Además, algunos cientos de integrantes del Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) ocuparon parte de la sede del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra) en Brasilia para reclamar que el Gobierno reanude la reforma agraria, que a su juicio está paralizada, según informó el propio grupo.

Los manifestantes, en su mayoría portando banderas de sindicatos y partidos políticos de izquierda, bloquearon desde el comienzo del día decenas de carreteras en todo el país, incluyendo la Vía Dutra, la autopista más importante del país por comunicar a Río de Janeiro con Sao Paulo.

En Río de Janeiro la policía dispersó con gases lacrimógenos y bolas de goma a un pequeño grupo de encapuchados que atacó a los uniformados con piedras y objetos incendiarios.

Los disturbios ocurrieron cuando estaba terminando una marcha pacífica que congregó a cerca de 5.000 trabajadores en el centro de la ciudad, donde hace pocas semanas tuvieron lugar marchas multitudinarias y espontáneas con cientos de miles de participantes en demanda de mejores servicios públicos y contra la corrupción.

Piden la jornada de 40 horas

La principal demanda de los sindicatos es la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, que actualmente se extiende 44 horas, además de otras reivindicaciones para reducir la precariedad laboral, aumentar las pensiones y otros subsidios a los trabajadores.

El ministro de Trabajo, Manoel Dias, dijo en un comunicado que estas reivindicaciones son "legítimas", aunque afirmó que para reducir la jornada laboral será necesario un amplio debate y un "gran acuerdo" nacional.

"La negociación es fundamental. El país está viviendo un momento único. Es un país que crea puestos de trabajo, pero eso no es todo. Aún tenemos que progresar mucho", dijo Dias.

A lo largo del día, los piquetes interrumpieron las operaciones fabriles en varios polos industriales y refinerías y obstaculizaron las vías de acceso a once puertos, incluido el de Santos, el más importante del país, ubicado a 75 kilómetros de Sao Paulo.

Marchas multitudinarias

Las manifestaciones más numerosas se dieron en Sao Paulo y su región metropolitana, donde se realizaron 35 marchas, según fuentes sindicales, además de en Curitiba (Paraná, sur), que son dos de las principales regiones manufactureras del país.

En ambos casos, las marchas más multitudinarias congregaron a cerca de 20.000 personas, en las ciudades de São Bernardo do Campo (Sao Paulo) y Curitiba, en su mayoría trabajadores de industrias pesadas, metalúrgicas y de las plantas de automóviles.

Esos sectores fueron en los que hubo un mayor seguimiento de la huelga convocada por algunos sindicatos, entre ellos Força Sindical, el segundo más importante del país, que pidió que la huelga fuera general.

"Hoy es un día en el que los trabajadores salen a las calles para mostrar que están insatisfechos con la situación del país", comentó Pedro Delarué, presidente del Sindicato de Trabajadores del Sistema Fiscal.

El mayor sindicato del país, la Central Única de los Trabajadores (CUT), que está vinculado al oficialista Partido de los Trabajadores (PT), no se sumó a la convocatoria de huelga, pero sí a la jornada de "luchas".

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