Los peritos del Infoca determinan que la hoguera que hizo Bretón superó los 1.000 grados

Dos expertos presentan informes contradictorios sobre si Bretón llevó a sus hijos en su coche al Parque Cruz Conde

La hoguera que hizo el 8 de octubre de 2011 en la finca de las Quemadillas José Bretón, al que se juzga en la Audiencia Provincial de Córdoba acusado del asesinato de sus hijos, Ruth (seis años) y José (dos años), cuyos cuerpos supuestamente quemó, superó los 1.000 grados de temperatura entre las llamas, mientras que en la mesa metálica que empleó para incrementar el calor generado por la hoguera la temperatura fue de hasta 1.400 grados centígrados.

Así lo han afirmado este martes, en el juicio seguido contra Bretón, el director y el subdirector del Infoca en Córdoba, Eduardo Nicolás Dueñas y César Vicente Fernández, respectivamente, quienes han detallado que la columna de humo que generó la hoguera, que llegó a alcanzar casi 400 metros de altura, fue detectada por cinco torres de vigilancia del dispositivo Infoca, que determinó que el área de origen de la misma, con una aproximación de entre 100 a 150 metros del lugar exacto, era la zona de la fábrica de Cervezas Alhambra, situada en el Polígono de las Quemadas, muy cerca de la finca en sí.

Los responsables del Infoca, que realizaron una reconstrucción de la hoguera tras estudiar los restos de la original y contando con el testimonio de vecinos, han llegado a la conclusión que en la hoguera, en una primera fase, se quemaron materia vegetal, tejidos, papeles y materia orgánica, que bien podía corresponderse, en este último caso, con basura o con restos humanos, ya que, según los vecinos, la hoguera desprendía olores fuertes, desagradables e intensos.

En una segunda fase, los técnicos del Infoca han llegado a la conclusión de que, dado que la hoguera generó una mayor columna de humo negro y más densa que la inicial, que los técnicos han reconocido que puede ser compatible con la quema de neumáticos, tuvo que producirse una adición, de forma dosificada y continuada, de algún tipo de acelerante, como combustible diesel, del que se pudieron emplear unos 80 litros.

En una tercera fase, la hoguera se dejó que se apagara por sí sola, lo que determinó que a las 12 de la noche aún quedaran ascuas calientes, quedando al final una capa de ceniza de cinco centímetros de altura, lo que equivale a la adición al fuego de unos 350 kilos de vegetales gruesos.

El georradar

Por otro lado, el especialista en georradar Luis Alviall, que peinó con un georradar de alta resolución y cámaras termográficas el terreno y la vivienda de la finca, ha dicho durante el juicio que no detectó ninguna manipulación mecánica en los suelos, ni en los edificios y que, en el exterior, pudo verificar, al 97%, que no había cuerpos en descomposición hasta un metro y medio de profundidad.

También realizó Alviall una serie de termografías en la zona de la hoguera, donde detectó una acumulación de calor muy alta, hasta el punto de que había fraguado la arcilla del suelo, no correspondiendo su morfología con la de un fuego normal.

De igual forma, el geólogo Jesús Díaz, que buscó en el subsuelo de la finca estructuras compatibles con un cuerpo, empleando diversas técnicas de prosprección, no detectó la presencia de cuerpos enterrados, lo que luego se comprobó con excavaciones.

Informe contradictorios

Por otro lado, este martes también han prestado declaración dos expertos en el análisis de imágenes, el especialista del Observatorio Astronómico de la Universidad de Valencia, Vicent Peris, y el profesor de de la Universidad de Sevilla y especialista en Robótica, Fernando Caballero, asegurando el primero que los niños no iban con Bretón en su coche cuando éste llegó al Parque Cruz Conde, donde afirma que los perdió.

Para ello, Peris ha realizado un estudio sobre las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del entorno del Parque Cruz Conde, utilizando "técnicas bien fundamentadas", siendo "fácil demostrar que el asiento trasero va vacío", mediante "operaciones muy sencillas", hasta el punto de que, "en muchos de los casos lo único que necesitamos es saber restar, sumar, multiplicar y dividir", y de lo que se trata es de "hacerlo con un poco de lógica e investigar lo que guarda de información la imagen y saber aplicar, estratégicamente, las técnicas que hacen falta en cada momento".

Con todo ello, Peris ha llegado a la conclusión de que el acusado llegó al parque con el coche, pero sin sus hijos, dado que, tras hacer "una comparación, a través de las reconstrucciones que hizo la Policía", resulta evidente que los menores no estaban en el vehículo.

Por su parte, Caballero intentó reproducir la técnica de Peris, pero no le fue posible obtener un resultado concluyente, pues, según ha precisado, en función de la técnica empleada, los resultados son muy diferentes hasta el punto de que, "con pequeñísimas variaciones de iluminación, lo que se observa finalmente cambia mucho".

De hecho, según ha subrayado Caballero, "las condiciones de iluminación de la reconstrucción no son en absoluto las mismas que las del día de los hechos", con lo que el resultado obtenido "no es fiable". Además, las imágenes originales "no tienen la calidad suficiente", hasta el punto de que, ni siquiera puede afirmar que el coche que aparece en la imagen original sea el del acusado.

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