La agencia Standard and Poor's (S&P) ha confirmado este viernes la calificación de la deuda a corto y largo plazo de España en BBB-, al borde del "bono basura", pese a que considera que el país mantiene su "fuerte compromiso" con las reformas estructurales y fiscales.

En un comunicado, S&P explica, además, que mantiene la nota de la deuda a largo plazo en perspectiva negativa en los próximos 12-16 meses por el riesgo a que se debilite el apoyo político a la actual agenda de reformas, que los presupuestos se deterioren o que las políticas de la zona euro vacilen en la estabilización de los costes de financiación de España.

La calificación, explica la agencia, está limitada por "el alto endeudamiento externo de la economía española, así como por sus "relativamente bajas" perspectivas de crecimiento económico a medio plazo y por las "rigideces residuales" de su mercado de trabajo, que aún está "muy segmentado".

La agencia reitera que según su criterio el PIB real de la economía española se contraerá el 1,5% en 2013, antes de "recuperarse lentamente" y crecer un 0,6% en 2014, aproximadamente

En cuanto a la reforma de las pensiones, la agencia confía en que pueda aliviar las presiones presupuestarias sobre el sistema de Seguridad Social, aunque alerta de que debe mantenerse un nivel suficiente de pagos en la jubilación para evitar riesgos adicionales como el incremento de los niveles de pobreza.

La calificación de España, explica la agencia, está limitada por "el alto endeudamiento externo de la economía española, así como por sus "relativamente bajas" perspectivas de crecimiento económico a medio plazo y por las "rigideces residuales" de su mercado de trabajo, que aún está "muy segmentado".

Por el lado positivo, se mantiene la calificación de España, explica la agencia, por su visión de que es una economía "diversificada y con potencial", así como por la implementación de un programa de reformas financieras, fiscales y estructurales integral.

A su juicio la evolución de la economía se sustentará en un consumo débil, constreñido por ingresos cada vez menores relacionados con el alto índice de desempleo, la rebaja de salarios y la consolidación fiscal, pero también influido por un comportamiento mejorado de las exportaciones. Es este último factor uno de los que más contribuirían al pequeño crecimiento de 2014.

S&P considera que la inversión privada continuará retraída en tanto en cuanto las empresas deben continuar reduciendo su endeudamiento y las peticiones de crédito bancario decaen.

La agencia cree que unos niveles de inversión adecuados sólo se recuperarán a medio plazo, dado que los prestatarios españoles deben pagar intereses más altos que en cualquier otro país de la zona euro.

Pero a juicio de S&P la economía española se está reequilibrando, con el foco puesto en la demanda externa, mientras la interna continuará siendo vaga. La competitividad española también está mejorando gracias, a juicio de la agencia de calificación, a la reforma laboral y a la consiguiente bajada de costes laborales.

No obstante, consideran que la tasa de paro continuará muy alta, por encima del 26%, al menos hasta que haya una recuperación "sostenida" de la economía. De hecho, advierten de que el crecimiento del desempleo estructural, los cambios demográficos y el envejecimiento de la población minan el potencial de recuperación de la economía a medio plazo.

Por lo que se refiere al déficit público, a juicio de la agencia de calificación el país será capaz de conseguir los objetivos de 2013 (6,5% del PIB) y 2014 (5,8% del PIB), aunque con medidas adicionales de recorte de gasto o de incremento de ingresos.

En su opinión, podrían incluir reducciones de exenciones fiscales, cambios en la imposición indirecta, la recuperación sólo parcial de la paga extra de diciembre de los funcionarios y cambios en el sistema de Seguridad Social.

En cuanto a las reformas estructurales, recuerda que el Gobierno tiene planes hasta 2016 que podrían verse en cierto riesgo por las elecciones generales de 2015.