Décadas de periodismo callejero a las espaldas pueden pesar mucho. Tanto como para decidir pedirse una excedencia de tres años y pasar ocho horas al día —"siendo escritor de profesión a jornada completa"— redactando una novela negra que ayude a poner las cosas en su sitio.

Así explica el origen de su primera novela  El asunto Melkano (DosPassos) el periodista malagueño Alberto Llamas, quien debuta en el género  con una exquisita historia de detectives ambientada en su ciudad natal y en nuestros días.

"La primera vez que trabajé como periodista fue en Málaga, sería 1987 y yo tenía 20 años", aunque confiesa que con 15 años —cuando ya era un ávido lector— se lanzó a escribir una novelita y ya entonces supo que quería ganarse la vida escribiendo, aunque han pasado muchos años hasta que se ha decidido a debutar como escritor, más allá de contar la realidad informativa en diferentes medios de comunicación.

"La vida del periodista  es un poco como la de los psicólogos, en tu cabeza entran historias y temáticas que no son tuyas pero te acaban perteneciendo, por eso tenemos tantos personajes dentro", explica al hablar del carácter tranquilizador de poder escribir el libro.

Esta es para su autor una novela de "maduración". Llamas asegura haber trabajado mucho en el argumento que al ser un thriller debe lograr que todas sus piezas encajen a la perfección, sin embargo, confiesa que ha podido terminarla porque no se ha dejado llevar por el perfeccionismo, sino que tuvo todo el tiempo necesario para poder escribir sin presión y conociendo mucho a sus personajes, todos bastante complejos.

"Empecé a leer novela negra porque las cosas que veía en mi trabajo como periodista a diario me desasosegaban, porque nunca sabes si lo que ocurre en la vida real se arreglará o no. En cambio, estas historias me dan esperanza, porque sabes que pese a todo siempre hay alguien trabajando para que las cosas se solucionen, como Mario".

La trama de El asunto Melkano nos lleva desde los grandes despachos inmobiliarios hasta las barriadas marginales, pasando por locales insólitos, pueblos que no aparecen en los mapas y el mundo de las comunidades extranjeras en la Costa del Sol.

A Llamas se le nota la profesión no sólo en los temas sino también en la redacción. Con descripciones dignas de un reportaje periodístico, minuciosas y certeras sin llegar a ser pesadas, nos lleva  de la mano de Mario, un joven e inexperto detective de unos 30 años, por el curioso caso de un escritor argentino de 70 años empeñado en encontrar su novela perdida, la cual comparte título con el libro, conviertiendo la primera obra del  periodista en una metanovela.

Mario, cansado de casi todo pese a su corta edad, tendrá que hacer frente al reto de resolver el caso y encontrar el libro que busca su cliente, pero además luchará en cada capítulo por liberarse de una rutina personal que cercena su joven libertad y le obliga a "querer hacerlo todo bien".

"No quería que Mario fuese un héroe, porque también tiene muchos errores, pero sí he querido hablar de cómo debemos vivir, de la búsqueda de un equilibrio sano entre responsabilidades y libertad", dice Llamas, quien asegura tener mucho cariño por todos sus personajes y sus modos diferentes de entender y vivir la vida: "aquí no hay buenos ni malos, no busco moralizar a nadie con el libro, cada personaje expresa una elección vital y todas son posibles".

Tras esta primera obra, el autor ya dedica sus horas a otro libro del que no puede adelantar más que "la intriga". Aunque hablará de la crisis económica y del desconcierto social que está causando, "va a ser una novela dura", asevera Llamas, que ya lleva meses trabajando en ella.

Llamas firma ejemplares de la novela este sábado 8 de junio en la Feria del Libro de Madrid, en la caseta número 15 del Retiro de 11:00 a 12:30 horas.

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