Una vez más, el primer ministro británico, David Cameron, ha elegido España para hacer una escapada, y como en ocasiones anteriores, también ha huido del lujo y del protocolo para disfrutar de las bondades de la tierra española como un turista británico más junto a su familia.

Este fin de semana, Cameron eligió Ibiza para viajar en compañía de su mujer, Samantha, y de sus tres hijos: Nancy, Elwen y Florence. Juntos se relajaron en unas tumbonas en la playas y degustaron la gastronomía local en varias terracitas.

Algunos turistas se acercaron al primer ministro para hacerse unas fotos con él como si se tratara de una celebridad, petición a la que Cameron accedió gustoso.

No obstante en su tierra natal, el primer ministro ha recibido críticas por esta 'escapada inoportuna' en medio del malestar originado por el asesinato de un soldado británico en Londres a mano de unos fundamentalistas islámicos y de la crisis de su partido sobre los interrogantes respecto a la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea.

Polémica al margen David Cameron es un gran y discreto amante de España: cuando todavía era líder de la oposición era un senderista habitual de la serranía de Ronda (Málaga), lugar al que se ha mantenido fiel incluso después de ser primer ministro.

También visitó Ibiza con su mujer en 2011, y en los últimos años ha protagonizado otras escapadas a Palma de Mallorca y Granada; en este último lugar celebraron el cumpleaños de su mujer, Samantha.

En todas las ocasiones ha preferido mantener el anonimato y pasar sus días de descanso como un turista más.

Las discretas visitas de Cameron a España poco tienen que ver con el boato que generó la Primera Dama de Estados Unidos, Michelle Obama, cuando pasó sus vacaciones con su hija Sasha en Marbella, Granada, Ronda y Palma de Mallorca. El viaje fue muy criticado en EE UU por su elevado coste —400.000 euros—, pagados por el Servicio Secreto y las Fuerzas Aéreas, que incluía gastos como el alojamiento por separado de su perro y un cuidador.

Otras celebridades, en cambio, han hecho de España su refugio e incluso se han convertido en parroquianos. Es el caso de Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, muy queridos por los mallorquines, que cuentan con una casa situada en una urbanización entre Valldemossa y Deià y donde tienen muchas amistades.

Mallorca es uno de los lugares preferidos para el solaz de los famosos: también las top model Elle McPherson y Claudia Schiffer tienen casa en la isla, y sin duda han atraído a otros 'colegas' de profesión como Kate Moss, el diseñador Marc Jacobs y Naomi Campbell, que también se han dejado seducir por el sol y la arena baleares.

A Sean Connery su pasión por Marbella le salió cara: resultó imputado en un caso de blanqueo de capitales en el sector inmobiliario, a causa de la venta de su finca, donde se levantó después un complejo de apartamentos de lujo en primera línea de playa. Después se le investigó por un delito fiscal derivado de esta venta.

Pero no solo el sol y la playa son reclamos para nuestro país, la España interior también tiene sus adeptos: Viggo Mortensen pasa largas temporadas en Madrid y también John Malkovich gusta de hacer escapadas a la capital, ya que es un apasionado de sus tabernas y tapas.

Talavera de la Reina cuenta con su propia estrella local: su hija adoptiva Gwyneth Paltrow asegura tener "una segunda familia allí" desde que vivió en esta localidad como estudiante de intercambio durante su juventud.

Otro político británico, Nick Clegg, viceprimer ministro de Gran Bretaña y mano derecha de Cameron, es un veraneante habitual de Olmedo, Valladolid. Allí es más conocido entre sus lugareños como el marido de Miriam González, la hija del que fuera veinte años alcalde del pueblo, con la que tiene tres hijos: Antonio, Alberto y Miguel.  Entre todos los manjares de la región leonesa, Clegg no duda en destacar uno: las croquetas de su suegra.