Hace dos años el hijo jinete de la duquesa de Alba, Cayetano Martínez de Irujo, inspiraba titulares y chascarrillos tras lamentar la "falta de liquidez" familiar. "Nuestro dinero está invertido en mantener el patrimonio y nos falta", declaró entonces ese miembro de uno de los clanes más acaudalados de España.
Poco después se rumoreaba que Cayetana de Alba realizaba todas sus compras con tarjeta de crédito y que había puesto en alquiler uno de los salones del Palacio de Liria con el fin de obtener dinero contante y sonante.
Pese a la magnitud de sus fortunas, la búsqueda de cash (efectivo) ha dejado de ser una práctica extraña entre los nobles. Y estos no la ocultan. Este mismo jueves, 23 de mayo, los Alba subastarán siete piezas de mobiliario art decó diseñadas por el escultor francés Armand Albert Rateau (1882-1938). ¿La razón? "Ayudar al mantenimiento del patrimonio y de los palacios que la casa tiene en España" así como "apoyar nuevos proyectos", según un comunicado de la familia.
El lote ya está expuesto en la sucursal parisina de Christie's, la encargada de la venta. La compañía estima que la puja podría alcanzar los ocho millones de euros.
"Se trata de uno de los tres proyectos que lanzaron la carrera de Rateau después de que comenzara a trabajar por cuenta propia en 1919", ha explicado Christie's, que destaca "la poesía" y la "calidad excepcional" de los bienes a subasta, así como la importancia del apellido del vendedor.
Pujas y alquileres de alto nivel
Los Alba no son los únicos nobles que han recurrido a las pujas de alto standing. El pasado mes de julio la baronesa Thyssen se desprendía del cuadro La esclusa, de John Constable, a cambio de 27 millones de euros. "Lo siento mucho, me sabe muy mal pero la crisis también es para los coleccionistas de arte", se justificó Carmen Cervera, que hubo de enfrentarse a las críticas de su hijastra Francesca por la decisión.
Hace unos días, el primo del rey Juan Carlos y príncipe de Civitella-Cesi, Marco Alfonso Torlonia, subastaba en la casa Christie's de Ginebra dos joyas que habían lucido la reina Victoria Eugenia y la infanta Doña Beatriz, y que estaban valoradas en 332.400 euros. Ya el año pasado la casa Sotheby's había puesto a la venta un brazalete de Cartier que había pertenecido a un miembro de la Familia del Rey, si bien no fue revelada la identidad del vendedor. Sí se dio a conocer, en cambio, el precio que alcanzó: 2,7 millones de euros.
El alquiler de aristocráticas propiedades también está a la orden del día. El palacio El Rincón que el marqués de Griñón tiene en Aldea del Fresno (Madrid) puede alquilarse para bodas y eventos, y la duquesa Medina Sidonia renta dependencias del palacio de los González Gregorio con fines comerciales.
En Sevilla, los condes de Lebrija hacen lo propio con el palacio que lleva su apellido mientras la Casa de Pilatos, de la duquesa de Medinaceli, sirve de escenario de películas y de eventos privados.
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