La Audiencia de Málaga ha condenado a un guardia civil por amenazar y faltar al respeto a la doctora que atendió a su hijo en un centro de salud de la localidad malagueña de Casabermeja, diciéndole frases como "la tengo fichada" o "voy a ir a por usted", cuando iba vestido con el pantalón del uniforme reglamentario. Así, se le impone el pago de una multa de 1.200 euros.

Los hechos sucedieron en noviembre de 2009. El acusado estaba en el centro sanitario con su hijo, que tenía fiebre, para que fuera atendido por el médico y ante la tardanza en recibirles, dice la sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press, comenzó a aporrear la puerta. Así, la doctora salió y, tras interesarse por el menor, le dijo al padre que tendría que esperar porque estaba pasando consulta.

Una vez terminó de ser atendido el niño, el acusado se dirigió a la médico con frases como que "se iba a acordar de él, a usted ya la tengo fichada y se le va a caer el pelo...voy a ir a por usted", todo eso "vestido con el pantalón de uniforme reglamentario", al tiempo que se identificaba como guardia civil y añadía que tendría noticias suyas, señala la sentencia.

Posteriormente, y estando ya de servicio, el procesado regresó, debidamente uniformado y sancionó a la pediatra ya que su coche estaba mal estacionado en la rampa de acceso al centro. Por estos hechos, se le condena por una falta de irrespetuosidad, que castiga a los que falten al respeto y consideración debida a la autoridad o a sus agentes; y se le impuso multa de dos meses a 20 euros diarios.

La Sala no considera que los hechos sean un delito de atentado a la autoridad, como lo entendían tanto la Fiscalía como la acusación particular, en representación de la doctora y del Servicio Andaluz de Salud (SAS), aunque sí estima que el acusado actuó "de forma irrespetuosa" con la médico, ya que "la amenazó" y le dijo expresiones "que suponen un menosprecio a su función".

Así, se señala que al ser el procesado agente de la autoridad "es el primer obligado a dar ejemplo de un correcto comportamiento", sobre todo estando en público; por lo que se concluye que actuó "con el propósito claro de menoscabar el principio de autoridad y especialmente impedir el correcto ejercicio de la función pública" y merece "un reproche penal".

Sin embargo, la Sala no entiende como delictiva que la amenaza se concretara con la imposición de la multa al coche, ya que "estaba mal aparcado en una zona no habilitada para ello". "Queda claro que se impuso la sanción por la tozudez del acusado, que quiso de esa forma hacer ver a la doctora que podía cumplir lo que había dicho", dice el Tribunal, aunque indica que "lo cierto es que estaba mal aparcado".