La octogenaria de A Coruña cuyo desahucio paralizó la presión social se traslada a su nuevo piso en Eirís

Aurelia Rey, la octogenaria de A Coruña cuyo desahucio impidió la presión social el pasado mes de febrero, se ha trasladado ya a su nuevo piso en el barrio coruñés de Eirís, tras firmar este jueves el contrato de la vivienda de promoción autonómica que le fue adjudicada, según ha confirmado a Europa Press el portavoz de la Plataforma Stop Desahucios, Héctor Tejón.
Vivienda de Aurelia Rey en A Coruña en la mañana del 23 de febrero
Vivienda de Aurelia Rey en A Coruña en la mañana del 23 de febrero
EUROPA PRESS
Vivienda de Aurelia Rey en A Coruña en la mañana del 23 de febrero

Aurelia Rey, la octogenaria de A Coruña cuyo desahucio impidió la presión social el pasado mes de febrero, se ha trasladado ya a su nuevo piso en el barrio coruñés de Eirís, tras firmar este jueves el contrato de la vivienda de promoción autonómica que le fue adjudicada, según ha confirmado a Europa Press el portavoz de la Plataforma Stop Desahucios, Héctor Tejón.

La convocatoria de movilizaciones ante la vivienda que tenía alquilada en la calle Padre Feijóo, en el centro de A Coruña, y de la que iba a ser desahuciada por impago de un mes de alquiler, impidió el desalojo de su casa.

Las protestas, convocadas por la Plataforma Stop Desahucios y que congregaron a numerosos ciudadanos, entre ellos representantes de la oposición en el Ayuntamiento de A Coruña, supusieron también que bomberos de A Coruña se negasen a intervenir para facilitar el acceso a la vivienda.

Este jueves, -tras un acuerdo con los propietarios que le permitió a la anciana prolongar unos meses su estancia en la vivienda que ocupó durante más de 30 años y después de aceptar el piso en Eirís que le ofreció la Xunta-, Aurelia Rey, acompañada de su abogado, Antonio Vázquez, firmó, en el Edificio Administrativo de la Xunta, el contrato de la vivienda, con un alquiler social.

Mientras ella realizaba estos trámites administrativos, miembros de Stop Desahucios colaboraron en la mudanza de sus enseres a la nueva vivienda, que, a la espera del gas, cuenta ya con los suministros de electricidad y de agua, según han explicado.

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