El Consejo Presbiteral de la Diócesis de Tarazona, presidido por el obispo, monseñor Eusebio Hernández, ha manifestado su "honda preocupación" y ha mostrado su "solidaridad" con quienes sufren las consecuencias "dolorosas" del desempleo y con sus familias y ha mencionado especialmente a los trabajadores de las multinacionales implantadas en Calatayud y Ateca, Kimberly-Clark y Mondelez, respectivamente, empresas que han anunciado su próximo cierre.

Este órgano diocesano se ha dirigido en una carta a las personas que "ahora están pendientes de ser despedidas" a consecuencia de decisiones empresariales "en las que quizás no se tenga en cuenta la 'decidida convicción de la primacía de la persona sobre las cosas, del trabajo del hombre sobre el capital'", precisa la misiva, citando la encíclica 'Laborem Exercens', de Juan Pablo II.

Al respecto, el Consejo Presbiteral de Tarazona desea que estas empresas y sus obreros "puedan llegar a acuerdos que hagan menos grave y doloroso el drama en que vayan a quedar personas, familias y pueblos afectados, si finalmente no se consigue que, de alguna manera, se mantenga el pleno empleo".

La carta agrega que "es la fe en Jesucristo que, siendo fiel a la misión recibida del Padre, empleó su vida en reconocer y recuperar la dignidad de las personas más vulnerables y desfavorecidas, lo que nos mueve a manifestar estos deseos".

Colaboración con cáritas

El Consejo Presbiteral de Tarazona se siente "cercano a los muchos que están sufriendo las consecuencias de los recortes sociales, que afectan de manera especial a los más pobres y desprotegidos" y agradece a los sacerdotes de esta diócesis que han entregado a Cáritas un mes de sueldo "para el alivio de alguna situación dramática concreta de personas en graves dificultades".

La multinacional Mondelez International ha anunciado recientemente el cierre de esta factoría en Ateca, que afectará a 107 empleados, mientras que Kimberly-Clark informó el pasado 19 de marzo sobre su intención de abandonar sus instalaciones en la localidad zaragozana de Calatayud, donde trabajan más de 200 personas.