Los trabajadores de la fábrica B3 Cable de Maliaño calculan que los representantes de la empresa alemana Südkabel, que pertenece al grupo industrial Wilms y que resultó preadjudicataria de la planta camarguesa, no les llamará hasta finales de mes para continuar las reuniones iniciadas el pasado 11 de abril, cuando se celebró la primera toma de contacto.

"Hasta final de mes no nos llamarán para nada", se teme el presidente del comité de empresa, Miguel Ángel Muñiz, que ha pedido, en declaraciones a Europa Press, que se agilice la venta de la factoría, "por el bien" del concurso de acreedores y, también, de los clientes, para no perderlos.

Y es que aunque estos últimos "se portan muy bien" y entienden la situación en que se encuentra B3, no van a "esperar toda la vida". Así, "llegará un punto en el que digan ya está bien" y, si no les atienden en esta fábrica, acabarán haciendo el pedido a otra. En la actualidad, se mantiene al 10% de su producción, tras la entrada de un pedido de British Telecom.

Muñiz ha explicado a esta agencia que cree que no habrá noticias sobre las reuniones hasta finales de abril porque en el anterior encuentro, el del día 11, los abogados del bufete contratado para llevar a cabo las negociaciones acudieron sin "nada preparado". Así, ha lamentado que acudieran "con las manos en los bolsillos" pues, como ha dicho, no sabían siquiera si B3 tenía convenio propio o se regía por el del sector.

Así, espera que los abogados se preparen y estudien la situación en que se encuentra la factoría, en concurso de acreedores, con un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal para toda la plantilla —223 empleados— hasta el próximo 31 de mayo y con dos más, uno de extinción y otro de suspensión, que han anunciado los administradores concursales y que, según Muñiz, se presentarán la próxima semana.

Con todo ello, el portavoz de los trabajadores espera que en el próximo encuentro se empiecen a concretar puntos pues si se trata, como ha dicho, de otra toma de contacto, "no merece la pena ni sentarse".

En este sentido, ha admitido que "si no se avanza", el proceso puede llevar a los empleados "a la desesperación" a los empleados, que permanecen "expectantes" ante lo que se ha convertido en una especie de "bucle", toda vez que cuando parece que se están "dando algunos pasos, al día siguiente se vuelve al principio", ha concluido.