Las ONG constatan el confinamiento en el CIE de inmigrantes con familia y trabajo

  • Algunos de ellos tienen trabajo e, incluso, hijos españoles.
  • Critican que se les criminalice al detenerlos sin tener antecedentes.
  • Pasan frío en invierno y calor en verano, y no hay agua caliente en las duchas.
  • Los enfermos crónicos no pueden seguir su tratamiento médico.
Celdas del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona, situado en la Zona Franca.
Celdas del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona, situado en la Zona Franca.
ACN
Celdas del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona, situado en la Zona Franca.

Inmigrantes en administrativa situación irregular pero arraigados de hace años Cataluña –algunos con hijos españoles– y otros que quieren volver a su país de origen han pasado un mes y medio cercados al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona franca, según ha denunciado este lunes la Plataforma de Entidades Cristianas.

La plataforma, integrada por 25 asociaciones religiosas, también critica la criminalización que sufren al ser encerradas sin tener ni condenas ni antecedentes penales, hecho que los supone un duro golpe psicológico.

Un grupo de voluntarios de la Plataforma ha realizado en el último año 220 visitas a 55 internos y sus familias. Uno de los primeros obstáculos con el que toparon es que no pueden acceder al CIE como entidad sino que tienen que pedir visita como los familiares o amigos y hablar a través de mamparas e intercomunicadores.

Otro problema añadido es que en el centro no hay traductor (ni cuando van los letrados). De hecho, se los proporciona información escrita sobre su situación en diferentes lenguas pero no siempre conocen alguna de ellas ni saben leer. Es por eso que muchos no saben exactamente porqué están encerrados.

Además, la Plataforma tiene constancia de algún interno que se ha autolesionado para evitar la extradición y otros que temen por su vida cuando sean repatriados a su país de origen.

Los internos también se quejan de frío en invierno y calor en verano, de duchas sin agua caliente, de dificultades para ir al baño por la noche, de comentarios degradantes y maltratos, de que los enfermos crónicos no pueden continuar sus tratamientos... Hasta noviembre Cruz Roja no empezó a ofrecer atención social.

Desde entonces realiza, entre otros, labores de mediación entre los internos y la policía, los servicios médicos y el personal del comedor, favorece el contacto con los abogados de oficio y los familiares, y facilita a la enfermería los historiales clínicos y la medicación de los enfermos crónicos.

Unos 1.800 internos cada año

Es difícil acceder en transporte público al CIE de Barcelona, situado en el polígono industrial de la Zona Franca, y en mayo se cambió el horario de visitas de la tarde por la mañana, hecho que limita las visitas de familiares y voluntarios que trabajan.

En el centro, con capacidad para 240 personas, hay de media 200 internos que se pasan unos 45 días. Cada año, pues, pasan 1.800 personas, según la Plataforma.

Todo son hombres porque las mujeres son enviadas al CIE de Valencia por lo que se ven alejadas de sus familias a la vez que el centro de internamiento de Barcelona recibe personas detenidas en Ceuta y Melilla o en La Jonquera (Girona), cuando se disponían a abandonar el país.

Incluso algunos han sido detenidos al comparecer ante el juez para declarar como testigos o en la calle, cuando la policía a veces de paisano les ha solicitado la documentación por su aspecto.

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