La escuela de educación vial pisa el acelerador

Enseñar a los niños a evitar los hábitos viales poco recomendables de sus mayores. A eso dedican su tiempo los hermanos Luis y Miguel Ángel Navarro Alcaraz, los dos policías locales encargados de regular el tráfico en las instalaciones de la escuela de educación vial, en Babel.

Desde que hace dos años el centro se trasladara a los terrenos anexos a la piscina municipal, cerca de 20.000 escolares de primaria, de hasta 12 años, han tomado parte en el programa, con una media de 10.000 cada año. Y es que el ritmo es frenético.

Ni el frío de los últimos días ha podido con los más pequeños. Los alumnos de 2.º curso de primaria del colegio Jesuitas cumplían encantados, el martes, con las ‘tareas’ impuestas. Hubo de todo. Clase teórica a modo de autoescuela y las esperadas prácticas.

En ese momento cada cual cogió su bicicleta y procuró no salirse del circuito.

Para los que se atrevan, la escuela está abierta al público hasta las 9 de la noche todas las tardes. Basta con llevarse la bici.

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