Desde que han salido a la luz pública acusaciones como la de los aparcamientos de Ortiz o el mediático caso Malaya, hay una avalancha de causas frívolas denunciadas directamente al fiscal anticorrupción.
«Sí, sí, nuestro inquilino es un moroso y hay que investigar porqué no nos paga». Es uno de los ejemplos cotidianos en Alicante. Otros han denunciado que el hermano de un concejal del Campello abrió una puerta trasera en su garaje, o que en su barrio hay muchos camellos.
Para evitar la sobrecarga de los fiscales e impedir que los ciudadanos cataloguen por su cuenta la fechoría, obligarán a pasar por un registro las denuncias y las repartirán a quién corresponda (ya lo han hecho con 10).
Investigaciones que sí van en serio
Mientras muchos ciudadanos ven el fantasma de la corrupción sin motivo, la Fiscalía Anticorrupción tiene cada vez más trabajo en la provincia de Alicante. Ayer anunció que investigará la denuncia del pelotazo urbanístico de algunos familiares del alcalde de Elche, Diego Maciá, que ganaron millones con unos terrenos Y en Alicante, revisará la gestión del edil de Deportes, Francisco Zaragoza, en la piscina de la Florida.
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