El botellón es menos frecuente en Catalunya que en otros puntos de España

El fenómeno del botellón es menos frecuente en Catalunya que en otros puntos de España, según el libro del profesor de Antropología de la Universitat de Lleida (UdL) Joan Pallarés '¿Beber para crecer? El consumo de alcohol entre los menores de edad', que pone de manifiesto que la crisis no ha reducido el consumo de alcohol entre los adolescentes.
Joan Pallarés y David Pere Martínez (autores del libro)
Joan Pallarés y David Pere Martínez (autores del libro)
UDL
Joan Pallarés y David Pere Martínez (autores del libro)

El fenómeno del botellón es menos frecuente en Catalunya que en otros puntos de España, según el libro del profesor de Antropología de la Universitat de Lleida (UdL) Joan Pallarés '¿Beber para crecer? El consumo de alcohol entre los menores de edad', que pone de manifiesto que la crisis no ha reducido el consumo de alcohol entre los adolescentes.

Redactado con el psicólogo social David Pere Martínez, el trabajo revela que la crisis económica actual y las expectativas de futuro les provocan malestar emocional, potenciando los valores hedonistas, y constata que el botellón es menos usual en Catalunya que en otros puntos del Estado, ha informado este martes la UdL en un comunicado.

El libro, publicado por la editorial Milenio, es una investigación financiada con una subvención del Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad a la Fundación IGenus, y se ha basado en entrevistas personales y grupos de discusión en Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia, Lleida, Vitoria, Pamplona, Huesca, Lloret de Mar, Manresa, El Prat de Llobregat, Getafe (Madrid), Zizur (Navarra) y Antequera (Málaga).

"Los jóvenes beben para ahogar la incertidumbre del futuro", ha explicado Pallarés, que ha recogido experiencias tanto individuales como colectivas de unos 140 chicos y chicas de entre 13 y 17 años.

Según el estudio, la edad de iniciación en la bebida no ha variado en los últimos tiempos y se mantiene entre los 13,5 y los 14 años.

Beber para pasárselo bien y potenciar el 'buen rollo' es el argumento más generalizado entre los jóvenes que consideran el alcohol como un elemento básico para animar las salidas nocturnas y, a pesar de tener poco dinero, priorizan la fiesta por encima de otras actividades o gestos.

El consumo no ha disminuido desde los años 80, la única diferencia, sostiene el autor de la investigación, es que ahora los jóvenes buscan el alcohol más barato.

La mayoría reconoce que bebe casi todos los fines de semana, pero al mismo tiempo asegura que es muy importante tener unos límites claros y respetarlos.

La investigación analiza tanto la evolución histórica del consumo de alcohol como los motivos, las pautas y las consecuencias negatives y aborda la accesibilidad a las bebidas alcohólicas, las diferencias de género y el discurso a las instituciones sociales de referencia: la familia y la escuela.

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