El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, considera "imprescindible" convocar una huelga general para "dar valor a una política alternativa" al "experimento totalitario que defiende una guerra contra los pobres".

En un artículo de opinión titulado 'Motivos para una huelga general', el dirigente sindical advierte de que "no hay otra vía que la movilización" porque, "si les dejamos, destruirán todo lo social". De este modo, censura que "estamos sufriendo un experimento totalitario que defiende una guerra contra los pobres".

"Este derribo organizado de lo social exige en opinión de ELA convocar una huelga general. Nos parece imprescindible convocarla para dar valor a una política alternativa", asegura Muñoz, que considera que "están midiendo nuestra capacidad de resistencia".

En este sentido, reclama que "los gobiernos deben sentir una presión social que les obligue a hacer otras políticas", y "contestar" con "organización sindical y lucha" a la patronal, que tiene como "aliados la ley y el desempleo como elemento de disciplina social". Por ello, a su entender, es preciso "reivindicar con más fuerza que nunca el sindicato como instrumento de defensa colectiva, así como el trabajo conjunto entre las organizaciones sindicales y los movimientos sociales".

El responsable de ELA subraya que "ningún país ha salido de la crisis aplicando doctrina neoliberal" y advierte de que "la situación, sin dramatismo, es excepcionalmente grave", mientras que "toda la política está orientada a tapar el agujero financiero".

En el caso de Euskadi, critica que el Gobierno vasco plantee "los presupuestos más duros de la historia" en una coyuntura en la que el sector privado "destruye mucho empleo", de manera que "su aportación a la crisis es más recesión, más paro, más pobreza y aumento de las desigualdades".

Muñoz destaca que el proyecto de cuentas para 2013 está basado en "la obsesión" por la reducción del déficit y en una política fiscal "terriblemente injusta", plantea la "barbaridad" de reducir el gasto en 1.150 millones, y "dejan sin negociación colectiva" a los empleados públicos. Asimismo, señala que, "si no se aprueban por el Parlamento, no pasa nada" porque el proyecto del gobierno "se aplicará, igual que en Navarra".

Por otro lado, reclama a las haciendas vascas y a la navarra que pongan la fiscalidad "al servicio de las necesidades sociales" y asegura que "la fiscalidad que imita a los paraísos fiscales ha fracasado". "El Tea Party vasco -que ha trabajado para la patronal- nos ha traído hasta aquí descapitalizando las cuentas públicas. Los partidos han renunciado a dar a la fiscalidad la centralidad que merece y lo estamos pagando muy caro", señala.

En esta línea, rechaza "reformas superficiales que cambien algo para que todo siga igual" e insiste en que se podrían recaudar 4.400 millones de euros en Euskadi y 2.070 en Navarra si la presión fiscal fuera igual que la media de la UE.

Asimismo, censura la reforma de las pensiones, que supone "negocio" para los fondos de pensiones de las entidades bancarias, y denuncia que se está buscando un ajuste salarial "brutal", alegando el aumento de competitividad para "ocultar que su objetivo es favorecer la acumulación de capital". Los salarios, añade, son "un elemento clave en la distribución de la riqueza" y además suponen "demanda" de bienes y servicios, recaudación fiscal y cotizaciones sociales.

El dirigente de ELA critica la postura "reaccionaria" de la patronal y lamenta que "nadie desde los gobiernos la reprende". "Al contrario, saben que la patronal es un lobby financiado con dinero público que trabaja para socavar lo social", asegura.

DESOBEDECER

Finalmente, censura que no se aprecia en la clase política vasca "voluntad de confrontar democráticamente con Madrid, ni para salvar lo social, ni el autogobierno". De este modo, señala que la política en Euskadi y Navarra "la decide el PP, que une neocentralismo y neoliberalismo para que todos los gobiernos hagan su política", y opina que, "cuando esa política condena cada vez a más personas a la pobreza, hay razones suficientes para no acatar y desobedecer".

En relación al Partido Popular, también denuncia que su cúpula dirigente está "inmersa en casos de corrupción" y "continúa sangrando a los ciudadanos", lo que "revela hasta qué punto huele a podrido y se descompone la vida democrática".