La Sareb, el conocido como banco malo, que agrupa los activos inmobiliarios problemáticos que tenía la banca, espera registrar pérdidas solo en un ejercicio, el de 2013, de los quince que tendrá de vida. Además, prevé pagar el 49,9% de su deuda subordinada en los próximos cinco años, así como alcanzar una tasa de rentabilidad de entre el 13 y el 14% anual para 2027, cuando deberá disolverse, una vez liquidados sus activos, según su plan de negocio.

Según ha explicado su director general, Walter de Luna, la Sareb ha recibido en 2013 los activos de las entidades financieras del grupo 2 (BMP, Liberbank, CEISS y Caja 3), por lo que tendrá que acometer determinadas inversiones.

Por su parte, la presidenta de la compañía, Belén Romana, ha adelantado que el alquiler será un "instrumento significativo" para alcanzar el objetivo de desinversión de activos. No en vano, de los 100.000 activos con que cuenta la Sareb, 76.000 son viviendas vacías acabadas, más de 3.000 en construcción, 6.300 en alquiler y 14.900 corresponden a suelo.

No obstante, se emplearán todos los canales disponibles para lograr el objetivo, ya sea mediante Socimis u otras sociedades. A este respecto se ha manifestado también de Luna al destacar que inversores institucionales ya han mostrado su interés en viviendas de primera y segunda residencia con inquilinos y activos del sector terciario, como naves, oficinas y locales.

En realidad, el plan de negocio del banco malo es un plan de desinversión, ya que el objetivo de la empresa es deshacerse de todos los activos que ha recibido. Para ello, además del alquiler, pretende vender unas 45.000 viviendas antes de 2018 para el repago del 49,9% de su deuda subordinada (senior), que asciende a 3.600 millones de euros y reducir su balance en un 44%.

Aunque para sus objetivos de desinversión el Sareb utilizará la red de comercialización de los bancos que han cedido activos, será el banco malo quien marque los precios, ya que la mayor parte de las viviendas en su poder son susceptibles de comercializarse, según dijo de Luna, en el mercado minorista. No obstante, Romana ha destacado que, a pesar de que desarrollarán una intensa actividad en el sector, representarán a menos del 4% del mercado, por lo que, a su juicio, no tendrán capacidad de influir en los precios del conjunto de mercado.