Dos policías de Marbella, acusados de detener de forma ilegal a un hombre, defienden su actuación

La Sección Novena de la Audiencia de Málaga ha comenzado este martes el juicio a dos agentes de la Policía Local del municipio malagueño de Marbella, acusados de detener de forma ilegal a un hombre tras hacerle éste una fotografía. Ambos procesados han defendido su actuación y la vista oral continuará este miércoles, con los informes finales tanto de la Fiscalía como de la acusación particular, en representación del denunciante, y de la defensa.

La Sección Novena de la Audiencia de Málaga ha comenzado este martes el juicio a dos agentes de la Policía Local del municipio malagueño de Marbella, acusados de detener de forma ilegal a un hombre tras hacerle éste una fotografía. Ambos procesados han defendido su actuación y la vista oral continuará este miércoles, con los informes finales tanto de la Fiscalía como de la acusación particular, en representación del denunciante, y de la defensa.

Las versiones dadas por los acusados y el denunciante son opuestas, ya que mientras los acusados han insistido en que lo que pretendían eran identificar a este hombre después de que les hubiera insultado y sacado una fotografía sin preguntarles; la víctima ha negado esto y ha declarado que les pidió permiso para ello, que se ofreció a ir a por la documentación personal cuando se la pidieron y que no le informaron en ningún momento del motivo de la detención.

Así, el denunciante, de 74 años cuando ocurrieron los hechos en 2008 y que ha declarado como testigo, ha relatado en el juicio que estaba comiendo en un restaurante con su mujer e hizo varias fotos con su móvil, una de ellas a los dos acusados que estaban tomando algo en la barra, uno "tenía una copa" en la mano, ha dicho, aunque ha insistido en que "les pedí permiso" para tomar la instantánea y ellos no le pusieron pegas.

Tras eso, se fue con su mujer y al rato, cuando iban ya andando hacia su casa, los agentes se dirigieron a él, que en ese momento estaba hablando por teléfono, requiriéndole, primero, que les entregara el móvil, y luego que se identificara. En ese momento no tenía la documentación, pero, ha reiterado, les dijo que su casa estaba cerca y podía ir a por ella; pero ha asegurado que le metieron a la fuerza en el coche policial.

Ha negado que insultara a los agentes o que se produjera altercado alguno en el establecimiento, donde "me dirigí a ellos con educación". Además, ha dicho que "nadie" le informó de por qué le estaban deteniendo, ni cuando estaba en el coche ni al llegar a la Jefatura, donde "me metieron en un celda sin decirme nada". Cuando le devolvieron el móvil, estaba borrado todo, no sólo las fotos, sino también los contactos.

Por su parte, los acusados han insistido en que el denunciante no les pidió permiso para tomar la fotografía y que en el interior del local les insultó, llamándoles "corruptos" y "borrachos", pero en voz baja. Han negado que estuvieran bebiendo alcohol, sino tomando un café, y han dicho que aún dentro del restaurante le dijeron que se identificara, pero como no quiso le instaron a salir y esperar fuera, aunque cuando salieron el hombre se alejaba.

Entonces, le siguieron con el único fin de la identificación, han señalado, asegurando que el hombre se negó a identificarse y a colaborar "en todo momento". Uno de los acusados ha apuntado que cree que el denunciante estaba "dolido" porque días antes había sido denunciado por la Policía Local, pero no por ellos, y lo que pretendía era "provocarles", algo que ha negado el hombre. Llegado el momento, se le retiró el móvil, aunque han dicho que no se borró el contenido.

Asimismo, han señalado que se le informó previamente de que iba a ser detenido y que él no quiso entrar en el coche policial, sino que intentó volver a marcharse, por lo que en ese momento se produjo un forcejeo. Así, han dicho que conducido primero a dependencias policiales y luego, cuando se empezó a sentir mal, fue llevado a un centro hospitalario y quedó en libertad, citado para un juicio de falta.

En la sesión de este martes han declarado también otros testigos. El fiscal y la acusación que representa al denunciante acusan a los dos agentes de un delito de detención ilegal. Inicialmente pedían cinco años de prisión, pena que, según han informado a Europa Press fuentes del caso, el ministerio público ha rebajado a tres años; mientras que la otra acusación ha mantenido su petición de cinco. Ambas partes solicitan, además, 10 años de inhabilitación absoluta.

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