Marta Etura: "No interpretaría a ningún político, y mira que es grato hacer de malo"

  • Protagonista de la obra Return y la película Los últimos días, Etura reclama un papel mejor para la mujer en general y las actrices en particular.
  • La actriz denuncia a 20 Minutos el daño de la idealización del amor, aunque reconozca haber tenido mucha suerte en sus relaciones: "Han sido maravillosas".
La actriz Marta Etura
La actriz Marta Etura
Jorge París
La actriz Marta Etura

Vicepresidenta de la Academia, directora por primera vez (Invierno en el Barrio Rojo), protagonista junto a Chevi Muraday (también director) de Return, un montaje de danza y palabra estrenado el 14 de marzo en las Naves del Matadero, y una de las protagonistas junto a José Coronado y Quim Gutiérrez de Los últimos días, apocalíptica película (el ser humano sufre una epidemia de agorafobia) dirigida por los hermanos Pastor (Infectados), en los cines el 27 de marzo, Marta Etura (San Sebastián, 1978) vive un momento cumbre. Pero no por ello deja de lado la denuncia que cree más necesaria.

Amor como pilar de Return y presente también, aunque en otro sentido, en sus otros trabajos recientes y por estrenar, ¿qué es para Marta Etura el amor?

El motor que lo mueve todo. Yo he tenido mucha suerte en el amor, y he tenido experiencias maravillosas.  Es un sentimiento que te hace que tu cuerpo salte, rodee y tire  todas las barreras. Cuando uno ama algo, se enfrenta a todo desde un lugar muy poderoso.

En la pieza teatral queda claro que el amor no es como siguen queriendo contarnos. ¿Se ha sentido engañada personalmente?

Bueno, yo quería criticar precisamente eso en Return: la idealización del amor y cómo la sociedad nos engaña, la tele, el cine, las revistas... El amor como el cuento del para siempre; eso nos venden, y nosotros contribuimos también, ¿eh?

Sí, supongo que con lo que no decimos entramos en el juego...

Sí, es como los Reyes Magos, para mí es similar. El disgusto que te llevas cuando te enteras de que no existen es parecido al que obtienes cuando descubres que era mentira, que el amor no era el del cuento del príncipe azul.

Pero, seamos más directas: ¿qué sintió cuando comprobó que el amor no era como le habían contado?

Pues que qué faena. Pero no porque no exista, sino porque nos han hecho creer algo muy principesco y lo que existe es maravilloso y mucho más interesante, por complejo que sea.

¿Qué responsabilidad, tema que aparece en Return y quizá en parte también en Los últimos días, tiene la sociedad en los grandes problemas del ser humano?

Además de que en muchos casos es la sociedad, somos la sociedad los que truncamos relaciones de amor, nos hacemos mucho daño. Y es paradójico, porque somos animales sociales, necesitamos el grupo y el afecto. El hombre solo, moriría, estoy segura. Y sin embargo generamos cosas que nos dañan tanto como ese ideal de éxito profesional, coche y casa. Y la felicidad no está ahí. Pero somos todos, no quiero excluirme, nosotros mismos nos engañamos también. Y contribuimos. De alguna manera elegimos entrar en el juego.

¿Le parece que el desmesurado nivel de expectativas es uno de los grandes causantes de la infelicidad del ser humano?

Primero hemos de ser conscientes de qué es lo que queremos nosotros y qué es lo que los demás quieren para nosotros. Luego ya, saber si lo que deseas es posible y no es perjudicial.  Y sí, puede ser nuestro peor enemigo el listón muy alto de expectativas, pero también creo que el nivel de exigencia y perfección de cada uno es parte de su naturaleza...

Somos producto de educación, sociedad, genética..., pero ¿no hay un momento en el que uno ha de hacerse responsable de que eso no marque su vida?

Por supuesto. Uno es responsable, ha de hacerse responsable y decidir combatir y seguir adelante. Decir: bien, esto es pasado, pero lo de ahora ya es responsabilidad mía. Por ejemplo, una decide hasta qué punto contribuye en el papel de mujer ideal que tanto se sigue inculcando y mostrando.

"El entorno se transforma y el espacio que comparten empieza a asfixiarlos" reza la sinopsis de Return, ¿qué comparte con la película Los días finales?

La crisis en la que entran, en Return de pareja, y en la película de sociedad. En Los últimos días el ser humano no puede vivir ya en la naturaleza por no haberla cuidado. Y eso es algo que está ocurriendo en la realidad. Creemos que  lo que tenemos nos lo regala la naturaleza y parece que no lo necesitamos. Como si nosotros estuviéramos por encima. Así que en la película el hombre deja de ser capaz de vivir en el exterior. Acaba atrapado en su propia trampa.

¿Tras encarnar este papel se ha sensibilizado más con el tema?

Yo siempre lo he estado gracias a la educación que he recibido de mis padres. Pero es difícil ser coherente, porque me encanta ir en coche y lo uso mucho, y eso contamina. Pero dentro de esa incoherencia intento ser lo más coherente que puedo y mejorar. Unos intentan ir mejorando y otros sacar provecho de todo.

Sí, ahora hay muchos ejemplos de gente que ha querido sacar provecho de todo... ¿A qué personaje de los varios que tenemos interpretaría?

No sé, si pienso en los políticos me resultan muy poco atractivos. Ellos son actores en la vida real, y es muy peligroso actuar en la vida real. No, la verdad es que me resulta muy poco atractivo interpretar a un político, y mira qué es gustoso y agradecido interpretar a un malo.

Y atreviéndose a subir a escena y bailar, como hace en Return, ¿se ha sentido bailarina?

Es cierto que he bailado mucho, pero no con esa disciplina del bailarín profesional. No sé si he llegado a sentirme tanto como bailarina, pero sí que disfruto mucho. Los dos, tanto Chevi como yo, lo gozamos, y tratamos de hacer algo que sea muy placentero de ver.

Hablaba antes del papel de la mujer, como actriz ¿algo qué pedir?

Sí, claro, porque por desgracia en este país seguimos teniendo papeles que siempre son o 'la mujer de' o 'la novia de', o 'la.. de'. No dejan de ser personajes escritos en su mayoría por hombres. Ellos siguen siendo los que abundan en el guión, en la dirección... Hay excepciones como Almodóvar o Bollaín, pero son muy pocos.  Es como si a las mujeres no nos pasaran cosas y nos pasa lo mismo que a ellos o más... Ya es hora de que nosotras tengamos nuestro lugar y ellos nos lo den, porque esto es cosa de dos.

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