La Audiencia de Málaga ha condenado a mujer a dos años de prisión por un delito de apropiación indebida por quedarse con casi 200.000 euros de una tía de la que se hizo cargo inicialmente, aunque luego la metió en una residencia. La Sala considera que aprovechó que era directora de una sucursal bancaria y "abusó" de su relación personal y de su confianza.

Según se declara probado en la sentencia de la Sección Novena de la Audiencia, a la que ha tenido acceso Europa Press y que no es firme, la acusada se hizo cargo en marzo de 2008 de una tía segunda, que entonces tenía 73 años, que apoderó a la mujer, la cual "comenzó a realizar operaciones en las cuentas de aquella", que contaban en ese momento con un saldo de 252.500 euros.

Así, en julio de 2008, extrajo 90.000 euros y ordenó su ingreso en la cuenta de una mujer y en octubre de ese año entregó a un hombre la cantidad de 72.000 euros en metálico, documentando dichas operaciones mediante el reconocimiento de deuda de esas personas a su favor, "no habiéndose recuperado nada", dice la resolución. Además, de octubre a enero de 2009 sacó la suma de 5.300 euros.

Posteriormente, de febrero a abril de 2009, extrajo la cantidad de 21.819 euros, además de cobrar su pensión de jubilación e intereses de sus cuentas a plazo, ingresando a su tía en una residencia de ancianos. Según la sentencia, en un año la mujer dispuso de unos 190.000 euros hasta que a instancia de dos amigas de la perjudicada se promovió la incapacidad de ésta.

Para la Sala está probado que la acusada "distrajo del patrimonio de su tía importantes cantidades de dinero, disponiendo de dinero en efectivo de sus cuentas bancarias y, principalmente, mediante la entrega a dos personas de su confianza de dos sumas de dinero también relevantes", siendo ambos clientes del banco que tenían problemas económicos.

El Tribunal considera que la víctima "confió en ella y le otorgó un poder que le permitió abusar de dicha confianza" y que "en lugar de velar por los intereses económicos de su tía, con la lealtad debida, traicionó ésta y desvió los fondos" con "ánimo de ilícito beneficio". Se determina que dispuso de "cantidades más elevadas que las que destinó a cubrir las necesidades de la perjudicada".

"Es evidente que dicho poder debía utilizarlo para velar por los intereses económicos de su tía, no para hacerse con su patrimonio a sus espaldas, defraudando la confianza que había puesto en ella, disponiendo así de su dinero y haciendo supuestos préstamos a personas de dudosa solvencia, alegando que lo hacía con la esperanza de recuperar el dinero e intereses", señala la resolución.

Asimismo, se concluye por los testigos que la anciana, ya fallecida, fue llevada a la residencia "mediante engaño" y que sospechaba de que su sobrina le estuviera quitando su dinero", lo que hizo saber a dos amigas, que decidieron "tomar cartas en el asunto" y acudir al juzgado para denunciar la situación, tras lo que la perjudicada fue trasladada a otra residencia.