Victoria Soto, de 27 años, es una 'superheroína' para los padres de una veintena de niños del colegio de Connecticut donde un joven mató a 27 personas, 20 de ellas menores. La profesora, en su intento de proteger a sus alumnos, plantó cara a Adam Lanza pagándolo con su propia vida.
Afrontó la situación con ellos como si fuera un juego, animándoles a meterse en los armarios y permanecer en silencio. Allí, los menores esperaron cumpliendo las órdenes de su maestra.
Al preguntarle Lanza por los alumnos, Victoria aseguró que los chicos se encontraban en clase de gimnasia. Intentó hacer frente al asesino, pero reaccionó rápido aumentando su número de víctimas.
Junto a Victoria, otras dos profesoras se han convertido para la localidad de Newtown en verdaderas heroínas en esta tragedia.
"Era mi esposa. Fue una tragedia horrible", comentó su marido, Mike Murphy. "Intentó proteger a sus niños", añadió. Anne Marie, que nació en Katonah (Nueva York) era la sexta de siete hermanos y tenía cuatro hijos. Sus padres la describieron como una mujer "artística y pintora por diversión. Era ingeniosa y trabajadora", añadieron.
"Les dije que estuvieran callados porque tenía mucho miedo de que se acercase (Adam Lanza) a la clase y comenzase a disparar contra la puerta", relató Roig en una entrevista a ABCNews. "Si les veía con ganas de llorar intentaba calmarles diciéndoles que me mostraran una sonrisa y diciéndoles que todo iba a ir bien", añadió esta profesora.
"En cuanto escuché el tiroteo en el pasillo pensé: ¿por qué no entra en la clase? Era la primera desde la puerta de entrada, era lo lógico. Pensé en mis alumnos de 6 años, tenía que actuar como si fuese su madre, así que les dije a todos que les quería mucho. Pensé que íbamos a morir", indicó entre sollozos.
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