Los fumadores campan a sus anchas en bares y discotecas pese a la ley

Los propietarios tienen muchas dificultades para controlar su cumplimiento. En los banquetes tampoco hay control.
El humo sigue muy presente en los bares de copas de más de 100 m2 y en las discotecas de Zaragoza. La ley antitabaco apenas se está aplicando en los locales nocturnos y parece que los fumadores no están dispuestos a dejar su vicio cuando salen de marcha.

Los propietarios de los locales explican que es una situación que se escapa de su control. Pueden prohibir fumar a una persona, pero se ven desbordados cuando hay decenas de clientes con el cigarro en la mano en zonas donde está prohibido.

«Estamos indefensos porque si alguien llama a la Policía, la multa nos la cargaríamos nosotros. Siempre tenemos las de perder», explica Valeriano Cuenca, presidente de la Asociación de Discobares. Los trabajadores están atentos y cuando ven a alguien que fuma le obligan a apagar el cigarro, pero no siempre les hacen caso y no pueden controlar a todos. «Si el aforo es grande es muy difícil. De día se respeta, pero de noche no», señalan en el pub Tierra Café.

Por la noche, los inspectores de Sanidad no trabajan, según explica José Luis Yzuel, de la Asociación de Restaurantes, por lo que el control es mínimo. «Si todos llamáramos a la Policía a la vez, necesitaríamos más de 1.000 agentes todas las noches», añade.

Restaurantes controlados

En restaurantes y bares de día la ley se cumple a rajatabla, según Yzuel. Sólo en las celebraciones de bodas y comuniones la situación se complica. «Es muy difícil que no se pongan a fumar cuando se sirven las copas», señala el empresario. Los hosteleros creen que lo mejor sería ampliar la ley y, como en otros países europeos, prohibir fumar en todos los locales. «En otros países la gente se sale a la calle a fumar. Aquí, al final, se acabaría respetando», opina José Luis Yzuel.

Camareros sin derechos

El sector de los camareros se siente desprotegido por la ley antitabaco, ya que es la única profesión en la que el trabajador tiene que tragarse el humo de los demás. Desde la Asociación de Prevención del Tabaquismo de Aragón (APTA), se está luchando para mejorar las condiciones de estos trabajadores. «No es normal que una camarera embarazada, por ejemplo, tenga que  soportar el humo. Esta ley está llena de lagunas», señala José Luis Yzuel, de Horeca.

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