La burbuja se deshincha. Aún me voy a alegrar de haber encontrado un piso de renta libre, con 120 metros cuadrados, en Valencia capital, de reciente construcción, con plaza de garaje y trastero de 12 metros cuadrados, por ‘tan sólo’ 205.000 euros. A ver si lo acaban pronto, me dan las llaves y puedo firmar la hipoteca antes de que los bancos pidan sueldos desorbitados para concederlas. Uno con suerte.
Yo todavía no tengo piso; no me lo compré cuando empecé a trabajar (25 millones de pesetas era una barbaridad), y ahora me veo con 29 años mirando pisos de 40 y 45 millones. Yo creo que privándome de todo, en unos cuantos años conseguiría ahorrar para un piso, contando con que el banco me pagase por mis ahorros lo mismo que les pagamos nosotros por las hipotecas; algo imposible. Porque claro, ahora con lo que tendría que pedir y visto lo que se aproxima, tendría que vender mi cuerpo dentro de 6 meses para poder pagar la hipoteca una vez revisada. Titer.
Así es el comprador de casas. Yo cumplo con el prototipo de comprador, salvo por una cosa: el sueldo. Bueno, contando con que los ingresos sean brutos, sí entro en la norma, ¡pero soy mujer! Compré el piso para vivir en él como residencia habitual, y si todos hiciésemos lo mismo, los precios de las viviendas no se habrían disparado tanto. Lo digo porque hay mucha gente que compra con el fin de vender y ganar dinero. Creo que con eso contribuimos a que a las personas de nuestro alrededor les resulte más difícil acceder a algo que es de primera necesidad: una vivienda digna. María.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios