Ya se ha dicho, hoy más que nunca el inmobiliario español tiene que buscar compradores fuera de nuestras fronteras. Es lo que vienen haciendo desde hace ya años las empresas inmobiliarias ubicadas en la costa. Y si para vender casas hay que ir hasta China, se va.

Este pasado fin de semana ha tenido lugar la feria de la vivienda de lujo Alps Pekín. Más de 60 expositores de una veintena de países han buscado compradores en el apetitoso mercado de China, el tercer país del mundo con más millonarios (1,5 millones, tras EEUU y Japón).

La feria, que se celebra en la calle Jinbao ("tesoro dorado") y en la que se encuentran los hoteles más lujosos de la ciudad y concesionarios de Ferrari o Maserati, ha contado con la presencia de promotores de la Costa Blanca (Alicante) y la Costa del Sol (Málaga). Unos y otros buscan atraer a millonarios chinos y repetir el éxito logrado en Rusia, uno de los mercados clave para el turismo español.

Cuatro expositores han publicitado toda clase de proyectos inmobiliarios en la costa española, fundamentalmente en Marbella y alrededores o en el litoral alicantino, y en la muestra también destacan promotores de Costa Rica, Brasil y Portugal, así como destinos sorprendentes como Chipre o Birmania.

"Muchos chinos están interesados en comprar propiedades en España, les encanta el paisaje y el clima de allí", explicó Mei Duo, de Euromarina, que ofrece todo tipo de viviendas e inmuebles de lujo en la Costa Blanca.

Su compañera Josephine Quesada añade otro atractivo menos bucólico: para algunos chinos la compra en España puede ser una inversión (cuando para clientes de otros países se ve más como una vivienda de veraneo) o para ayudarles a lograr el permiso de residencia en el país.

La demanda china de viviendas en el exterior está aumentando, ya que, según Rolf Christensen, de Dreamlife Property, "el cliente chino quiere mover su dinero fuera de China por las restricciones en su país", donde el sector inmobiliario está muy constreñido. Desde hace un par de años, muchas ciudades chinas han limitado la compra de segundas o terceras viviendas por temor a una burbuja inmobiliaria.

Esta avidez por "salir a Europa, por gastar su dinero en lo que sea", según el representante de Dreamlife (con ofertas tanto en la Costa Blanca como la del Sol), no convierte al cliente potencial chino en un comprador fácil. "Es más exigente que el ruso o el europeo", en opinión de Christensen.

"En China, la gente que tiene dinero tiene mucho dinero, quieren un buen servicio y todo en su mano. Son un cliente difícil pero muy bueno", destacó, señalando que en España las primeras compras de vivienda de lujo chinas han sido en Madrid y en Barcelona, pero ahora la costa busca captar esa naciente demanda.

Algunos ven esta exhibición (que este año se ha celebrado en dos ocasiones en Pekín, ambas con presencia española) como una oportunidad para repetir en China el éxito logrado en la costa mediterránea con el turismo ruso, que en los últimos cinco años, y en 2012 más que nunca, esta comprando muchos inmuebles, en opinión de Marina Briggs, de la agencia marbellí Alemar Realty.