Los suyos dicen que es un hombre tranquilo y reflexivo, quizás porque libera sus tensiones caminando mucho y a buen paso, y montando, de vez en cuando, en su moto, una Kawasaki Trail. Pere Navarro (Terrassa, Barcelona, 1959) es alcalde de su ciudad natal, primer secretario del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) y candidato, el menos conocido, a la presidencia de la Generalitat catalana en las elecciones del próximo 25 de noviembre.

Dialogante y formador de equipos, es la cara nueva que necesitaba el socialismo catalán para pasar página al tripartito, pero el anuncio del adelanto electoral lo pilló intentando poner orden en su formación. Navarro ha dejado claro que, aunque está a favor del derecho a decidir, se opone tanto a la independencia y la secesión de Cataluña como a la recentralización deseada por los populares. Su apuesta es el federalismo porque es "la más estable políticamente, la más viable económicante y la más justa socialmente", asegura.

Su infancia en casa de los abuelos payeses, rodeado de naturaleza, lo empujó a licenciarse en Biología por la Universidad Autónoma de Barcelona, estudios que se pagó haciendo pequeños trabajos, como montando las tarimas del escenario para el festival de su ciudad.

De su madre heredó el activismo y la pasión por la política, a la que llegó muy joven. En 1977 se afilió al PSC y su primera labor en el partido fue pegar carteles para la campaña de las elecciones a Cortes constituyentes, las primeras democráticas tras 40 años de dictadura. Poco después, fue uno de los fundadores de las Juventudes socialistas de Terrassa, donde conoció a su mujer Àngels, con la que tiene dos hijas, Maria, de 19 años, y Júlia, de 24. Cuando llega a casa, mandan ellas, sus mujeres, y él mete la política en un cajón, dice.

Su otra pasión es Terrassa. Navarro ha dedicado a su ciudad natal, una de las urbes del área metropolitana de Barcelona, toda su vida política centrada, hasta hora, en el municipalismo. Si en 1983 fue el responsable de la campaña para la elecciones, en 1987 fue elegido concejal y cuatro años más tarde, nombrado presidente del Distrito V. En 1994 se convirtió en el primer secretario del PSC local y desde 1995 fue reelegido sucesivamente concejal hasta que en 2002 ejerció como alcalde en funciones para sustituir al entonces primer edil, Manuel Royes. Cabeza de lista en las municipales de 2003, logró ser investido alcalde gracias al apoyo de ICV-EUiA y ERC. Un logro que repitió en los comicios de 2007 y 2011.

Amante de las nuevas tecnologías y de las redes sociales, actualiza personalmente su Twitter bajo las siglas PNM y tiene casi 8.000 seguidores. Una buena cifra teniendo en cuenta que fue nombrado primer secretario de los socialistas catalanes el año pasado, en sustitución de José Montilla, gracias al 73% de los votos. El mismo apoyo que consiguió este septiembre cuando fue elegido candidato a las autonómicas, tras derrotar a la exconsellera Montserrat Tura.

Quienes lo conocen bien dicen que, pese a su carácter dialogante, "cuando toma una decisión, está tomada". Tras tachar a Aznar de "dóberman" y a Mas y Rajoy, de insensatos, Navarro aseguró que una Cataluña independiente sería "probablemente un país intervenido, como lo es España, y hasta con un margen de maniobra más estrecho", pero confía en las posibilidades integradoras del federalismo. Este hombre tranquilo ha confesado que tras el 25-N dejará la alcaldía de Terrassa "pase lo que pase" en unas elecciones que se prevén históricas.