El paso firme del arte efímero

  • De no valer "nada" a revalorizarse, de crearse en la calle a ocupar museos.
  • El arte con intención de ser modificado o destruido crece en adeptos y seguidores.
  • En Barcelona se debate estos días su futuro.
Los artistas de la Walking Gallery pasean sus cuadros a pie.
Los artistas de la Walking Gallery pasean sus cuadros a pie.
Walking Gallery
Los artistas de la Walking Gallery pasean sus cuadros a pie.

El arte efímero se toma en serio. En la calle y en los museos, en los pequeños y en los grandes. Este movimiento es amplio y engloba disciplinas como el arte urbano (grafiti), el bodypainting (pintura corporal), la arquitectura (fachadas intervenidas)... E incluso la pintura o la escultura cuando no son concebidas para perdurar estáticas en el tiempo, sino para ser manipuladas o eliminadas a su antojo por el que las admira.

Este arte se mueve. Hasta hace poco solo los creadores contemporáneos consagrados que lo cultivaban tenían acceso directo a los grandes museos, pero el año pasado el arte con fecha de caducidad alcanzó un hito en su historia: una exposición en La Casa Encendida de Madrid. También una Bienal Internacional en Granada (Spora, en 2009). Y un congreso mundial cuya cuarta edición arranca este viernes en Barcelona con el epígrafe De la tradición popular a la innovación.

"El arte efímero es para ellos únicamente una faceta más de su trabajo, que acostumbra a ser multidisciplinar", especifica el comisario de artistas efímeros emergentes y director de la Plataforma de Arte Contemporáneo, Oscar García. Pero gracias a ese trabajo reconocido, los galeristas empiezan a prestar atención a un movimiento que "de no valer nada" se ha revalorizado "un 250% en las subastas y es el que más ha crecido en España", asegura García.

Como experto en arte urbano, nos cuenta el secreto para que obras fugaces se acaben vendiendo en una sala de exposiciones: "Los autores fotografían o filman en vídeo sus intervenciones para luego venderlas". El famoso grafitero británico Banksy es un ejemplo.

El porqué de la aceptación ciudadana y oficial de este arte también lo aclara García: "Está ligado a la época en la que vivimos, en la que todo va rápido, y en la que buscamos impresiones momentáneas, a las que la calle se presta muy bien".

Lo bello de este arte es, para él, precisamente el motivo de su creación: "Estar hecho para que se destruya y desaparezca". Tomando igualmente la calle como referencia, el colectivo Walking Gallery ha hecho la calle suya. En 2009, el barcelonés José Puig, un aparejador de 30 años en paro con inquietudes pictóricas, tomó una decisión individual y espontánea: salir a pasear acarreando uno de sus cuadros y ver qué pasaba. Las numerosas reacciones que recibió, tanto positivas como negativas, lo llevaron a asociarse mediante las redes sociales con otros artistas como él y crear una galería en tránsito con 400 asociados que pasean puntualmente sus lienzos por Barcelona, Madrid, Bilbao, Zaragoza, San Sebastián, Londres, Buenos Aires, Sao Paulo, Chile y México. En breve, asaltarán Girona y Málaga. Y siguen creciendo.

El comisario Oscar García vaticina que la aceptación profesional del arte efímero  pasó hace poco con la fotografía y se trasladará "en breve" al videoarte. En 2011, en La Casa Encendida, "el público no entendía que se expusiera comida que se pudría, pero precisamente eso hace que la obra esté viva", apostilla.

En España, el pastelero alicantino Paco Torreblanca cocina "arte para la vista". Dice elaborar "esculturas efímeras que nacen para morir en nuestra boca". Ferran Adrià, de El Bulli, participó en las Bienales de Venecia y Kassel (Alemania). En arquitectura, el artista búlgaro Christo (1935) ha envuelto con tela el Reichstag de Berlín o el Puente Nuevo de París. En alta costura, la firma Prada inauguró en 2011 un museo efímero que durante 24 horas diluyó otra vez las fronteras entre arte y moda.

Las obras pasajeras son tradición

Lo efímero es tradición. Que se lo digan a las Fallas valencianas. En Barcelona, 32 delegaciones de todo el mundo se dan cita hasta el lunes en el Museu Marítim en el IV Congreso Internacional de Arte Efímero.  Participan expertos de Italia, Bélgica, el Tíbet, Alemania, México, Japón o Francia. Se centra en la tradición de las alfombras florales, típicas en Cataluña, e incluirá una muestra al aire libre en la avenida Drassanes de las mejores alfombras florales efímeras del planeta.

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