Más de un millón de manifestantes inundaron Barcelona la tarde del martes. Catalanes de todas las edades, muchos blandiendo orgullosos la bandera catalana, reivindicaron en mayor número que nunca y más pacificamente que cualquier año la independencia recorriendo las calles bajo el eslogan "Cataluña, nuevo Estado de Europa". ¿Por qué fue tan masiva participación en La Diada, la Fiesta Nacional catalana? Estas son las principales claves:

Si la actualidad manda, entonces una de las razones que explican la masiva afluencia de la cita catalanista es la cercanía del 20 de septiembre, fecha en la que el presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas, expondrá su propuesta de pacto fiscal al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

La Generalitat aprobó en julio un nuevo modelo de financiación que incluye una hacienda propia catalana y aproxima su fiscalidad al modelo vasco y navarro de concierto económico: "En el País Vasco hay un 56% más de recursos por cápita para hacer políticas de interés público. Cuando aquí hay un euro, allí hay 1,56", ha dicho Mas. El president no asistió a la marcha, alegando "responsabilidad institucional", pero sí lo hicieron hasta once miembros de su gobierno, con el objetivo de introducir el debate fiscal en la agenda nacional.

El profesor de sociología de la UAB (Universidad Autónoma de Barcelona) José María Antentas puntualiza que en la sociedad catalana cunde el "escepticismo" sobre las aspiraciones fiscales del Govern de Artur Mas. "Todo el mundo sabe que Rajoy va a decir que no. Es precisamente el hecho de que no se vea que hay una salida posible dentro de España lo que hace que tanta gente pida la independencia", sostiene Antentas.

Cataluña tiene la mayor deuda financiera del conjunto de las comunidades autónomas, superando los 42.000 millones de euros. Recientemente, el gobierno catalán ha blandido con profusión la tijera de los recortes y ha solicitado un rescate al Estado por valor de 5.023 millones para poder afrontar sus pagos más apremiantes.

Para Antentas, "la crisis ha hecho que el andamiaje del actual modelo de Estado chirríe. Se observa un desgaste del poder judicial, un desgaste moderado de la corona, el desgaste de los dos grandes partidos políticos (PP y PSOE) y, en la cuestión nacional, existe la percepción de que a Cataluña le toca pagar un precio particularmente alto por la crisis, por un mal financiamiento, pero también por una estrategia del PP de aprovechar para recentralizar el Estado", afima.

En época de crisis, además, es habitual la estrategia de echar balones fuera cuando las decisiones políticas son impopulares. En el caso catalán, el partido en el Gobierno, CiU, se escuda en que los "recortes vienen impuestos" por las exigencias del déficit desde Madrid, "una carta demagógica" que hace que muchos "culpen de la crisis a Madrid", añade Antentas.

La gran marcha del millón de independentistas de este martes es, para los analistas políticos, la culminación de un proceso que arranca con la petición de reforma del Estatut, pasa por las consultas soberanistas de algunas localidades, y culmina con el varapalo del Constitucional al Estatut", en 2010.

Ciertamente, cada año que pasa más catalanes se manifiestan abiertamente favorables a la independencia. Al menos así se recoge en las encuestas. En el año 2001, el 36% de los catalanes se manifestaba partidario de una Cataluña independiente, según el CIS. Este porcentaje ha subido en 2012 hasta el 51% de la población, logrando por primera vez ser mayoría, según el último barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió de la Generalitat.

Los que se decantan por la independencia hacen la siguiente reflexión, según el profesor de la UAB: "Si ni con Aznar, ni con Zapatero, ni ahora con Rajoy, Cataluña tiene un papel principal en el Estado, su lugar está fuera de España", resume Antentas.

El día después de la marea humana de Barcelona, muchos son los que subrayan que una convocatoria unitaria hizo que fuera masiva. Este martes se manifestaron bajo el lema de la "independencia" múltiples sensibilidades y diferentes maneras de entender Cataluña, coinciden los analistas.

El profesor Antentas reconoce que "una demanda tan concreta y básica como es la independencia une a gente muy distinta". Y alerta sobre el espejismo: "Todos piden lo mismo, independencia, pero después no se ponen de acuerdo en qué modelo de Cataluña quieren, ¿una Cataluña con recortes, una Cataluña en la que la cuestión nacional y la social estén ligadas, una Cataluña dentro o fuera de la UE?".

Por último, Cataluña ha vivido en la última década un periodo de una gran dinámica de movilizaciones, una cultura creciente de la protesta en la calle. El sociólogo Antentas recuerda "desde las marchas antiglobalización, a las protestas de la LOU de Aznar, el movimiento contra la guerra de Irak y en un periodo más reciente el 15-M". Pero también resalta la importancia de "las tres o cuatro grandes manifestaciones de corte soberanista en defensa del Estatut" como prolegómenos a La Diada de 2012.