Los disturbios y enfrentamientos con la policía de Budapest dejan 57 heridos, cuatro de ellos graves

Las claves:
  • Unas 500 personas protagonizaron los actos violentos de ésta madrugada.
  • Previamente, miles de manifestantes se habían manifestado pacíficamente para exigir la dimisión del primer ministro, Ferenc Gyurcsany.
  • El 'premier' había reconocido haber mentido para ganar las elecciones del pasado abril.
Varios policías reducen a un manifestante (Josek / AP)
Varios policías reducen a un manifestante (Josek / AP)
Petr David Josek / AP Photo
Varios policías reducen a un manifestante (Josek / AP)

Al menos 57 personas resultaron heridas, cuatro de ellas en estado grave, en los enfrentamiento entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en la madrugada de hoy, según datos de la policía húngara.

Por segunda noche consecutiva la capital magiar fue escenario de actos violentos protagonizados por unos 500 manifestantes, que han destrozado escaparates y prendido fuego a automóviles en el centro de la ciudad, mientras que la policía les hizo frente con gas lacrimógeno y agua a presión.

El ministro de Defensa magiar, Imre Szekeres, declaró hoy en la emisora "TV2" que "esto ya no es un asunto político, esto es un caso criminal".

Esto ya no es un asunto político, esto es un caso criminal
Los detenidos por los incidentes, que han ocasionado numerosos daños materiales, se elevan a 50 personas.

Después de la manifestación pacífica ante el Parlamento y poco después de la medianoche, los violentos se reunieron delante de la sede del gobernante Partido Socialista (MSZP) y del edificio de la radio pública.

Batalla campal Los manifestantes arrojaron

piedras y
botellas, destrozando numerosos escaparates en la avenida Rákoczi, cercana a la plaza Blaha Lujza, además de destruir parte del mobiliario urbano.

En el mismo lugar, el portal InfoRadio asegura que un coche patrulla de la policía fue incendiado, pero de momento no existe dato alguno sobre el numero de heridos.

A pesar de estos incidentes violentos, esta noche los radicales son muchos menos que en la madrugada anterior, cuando se produjo una verdadera batalla con los agentes de la policía, y cuyo resultado fue que

La noche había comenzado tranquila

Miles de manifestantes se congregaron pacíficamente, en un ambiente festivo, coreando lemas contra el Gobierno y alzando decenas de banderas húngaras en la plaza Kossuth, frente al Parlamento, blindado por centenares de policías.

"Queremos un cambio de Gobierno. Estamos preocupados por la subida de las matrículas porque hasta ahora eran gratuitas y no queremos que eso cambie", clamaba el estudiante universitario Janos Toth por la política de ajuste económico del Ejecutivo.

¡Juramos al dios de los húngaros que nunca más seremos esclavos!

Entre los numerosos cánticos destaca, por repetido, una canción popular del poeta húngaro Sandor Petofi, que murió en una revuelta nacionalista en 1848 contra la dominación austríaca.

"¡Juramos al dios de los húngaros que nunca más seremos esclavos!", cantaban a voz en grito miles de gargantas, al tiempo que decenas de banderas tricolores magiares flameaban al viento.

Hecho sin precedentes

Las protestas contra el gobierno socialdemócrata se producen tras filtrarse una grabación sonora en la que el jefe del Ejecutivo admitió haber mentido a los electores sobre la situación económica del país para ganar los comicios legislativas del pasado abril.

Gyurcsány calificó la pasada madrugada, cuando manifestantes asaltaron y ocuparon la televisión estatal durante dos horas, como "la más larga y más oscura de la historia de la República".

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