El expresidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) Modesto Crespo aseguró ayer que sus competencias al frente de la entidad eran meramente representativas y comprendían, por ejemplo, visitas al expresidente de la Comunitat Francisco Camps, al obispo de Alicante o a empresarios.

La ley de cajas de ahorros de la Comunitat recoge entre las facultades delegadas a Crespo el nombramiento de administradores en sociedades, la fijación de las retribuciones del personal directivo y la concesión «por razones de urgencia de préstamos, créditos y avales al sector público y al privado».

Durante su declaración como imputado en la Audiencia Nacional, Crespo reconoció que no recibía ninguna remuneración de CAM, aunque admitió que percibía 300.000 euros en concepto de dietas por su asistencia a reuniones del consejo de administración. La declaración de Crespo, que al igual que otros cuatro exdirectivos de la caja se encuentra imputado por supuestos delitos de estafa, apropiación indebida y manipulación para alterar el precio de las cosas, fue similar a la que pronunció en la comisión de Les Corts que investiga la intervención de CAM por el Banco de España.

En aquella ocasión, Crespo ya subrayó que su función en la entidad solo era "institucional" al tiempo que negó que la caja hubiese concedido créditos a interés cero a directivos.

No quería ser sexista

Por otro lado, el expresidente de la CAM explicó ayer que no se atrevió a reducir la remuneración anual que percibía la última directora general de la entidad, María Dolores Amorós, por motivos de igualdad, ya que era la única mujer en la dirección de la caja.