El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE), Andrés del Campo, ha abogado este miércoles por simplificar los planes de cuenca con el objetivo de acelerar su aprobación y evitar la conflictividad entre las comunidades autónomas.

Así, Del Campo considera que la exhaustividad del proceso rebasa las exigencias de la Directiva Europea, en cuanto a que se excede en la información que requiere la propia norma comunitaria, retrasándose así la aprobación del Plan Hidrológico Nacional (PHN) y generando "cierta voracidad entre comunidades autónomas por el reparto de recursos".

Por ello, el representante de los regantes apunta a que los planes de cuenca tienen cara y cruz, ya que por un lado son "auténticas obras de arte" con exhaustivos informes sobre las dotaciones de referencia, caudales mínimos —incluso por tramos de cuenca—, pero por otro, implican una "excesiva cuantificación de datos y un profundo análisis que no se da en otros estados europeos", lo que explica que éstos ya tengan su planificación finalizada.

Para Del Campo, la conflictividad entre las comunidades autónomas pretenden "robar a la administración central las competencias sobre las cuencas intercomunitarias, queriendo fijar los caudales ecológicos, así como las demandas presentes y futuras, de acuerdo con sus intereses localistas y al margen del interés general.

En este contexto, la Federación recuerda que el Gobierno ha sido ya amonestado por Bruselas por no presentar los planes de cuenca en el plazo fijado —final de 2009—. Por ello, estima que si se quiere agilizar la planificación hidrológica y facilitar la gobernanza del agua, deben ser las Confederaciones Hidrográficas las que -coordinadas con usuarios y autonomías- cuantifiquen las demandas presentes y futuras de agua, y no éstas últimas arbitrariamente.

Asimismo, subraya que la semana pasada, FENACORE votó en contra de los planes del litoral andaluz en el Pleno del Consejo Nacional del Agua, al reconocer divergencias entre las dotaciones de referencia asignadas para un mismo cultivo en las diferentes cuencas. A su juicio esta es una circunstancia "disparatada que deriva en guerras del agua y, por consiguiente, retrasos en la tan necesaria planifiación hidrológica de España".

"Esta tendencia española al exceso, que ya se ha puesto de manifiesto en otros ámbitos —somos el país europeo con más aeropuertos o más kilómetros de AVE— muestra que no sólo somos más papistas que el Papa en la elaboración de nuestros planes, sino que también se ha cedido a las presiones de algunas comunidades autónomas, tratando de arrogarse competencias sobre las cuencas intercomunitarias que en realidad corresponden a la Administración Central. Y, como suele decirse, aquellos barros trajeron estos lodos", ha sentenciado.