Rafa Nadal derrota a Novak Djokovic en la final y consigue su séptimo Roland Garros

Nadal, visiblemente emocionado y feliz, muerde la Copa de los Mosqueteros.
Nadal, visiblemente emocionado y feliz, muerde la Copa de los Mosqueteros.
EFE
Nadal, visiblemente emocionado y feliz, muerde la Copa de los Mosqueteros.

El español Rafael Nadal venció al serbio Novak Djokovic en la final de Roland Garros por 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5 en tres horas y 49 minutos, y sumó así su séptima victoria en la tierra batida de París, superando el récord que compartía con el sueco Bjorn Borg.

Con este triunfo, Nadal consigue su undécima victoria en un Grand Slam, ya que a los triunfos en Roland Garros suma dos más en Wimbledon, uno en el Abierto de Estados Unidos y otro en el de Australia.

Nadal empata en número de grandes con Borg y Rod Laver, se queda a uno de Roy Emerson, a tres de Pete Sampras y a cinco del plusmarquista de la materia, el suizo Roger Federer.

Además, se convierte en el tenista que más veces ha ganado el mismo grande junto con Sampras, que sumó siete triunfos en Wimbledon.

El mallorquín, como viene siendo habitual en sus sucesivos triunfos en París, saltó a la grada para saludar a sus familiares y amigos en la grada, incluido el jugador de baloncesto Pau Gasol que, como el año pasado, acudió a animarle.

Nadal preserva, además, su puesto de número dos del mundo, que hubiera cedido en caso de derrota en la final contra Djokovic.

El número uno mantiene su puesto, pero se ve privado de sumar su cuarto título grande consecutivo, algo que hubiera logrado en caso de vencer en su primera final en París.

Con el séptimo triunfo en Roland Garros Nadal supera a Borg e iguala a la estadounidense Chris Evert, vencedora en 1974, 1975, 1979, 1980, 1983, 1985 y 1986.

Rotura de inicio

El mallorquín repitió el guión del inicio de partido y salió encendido a la Philippe Chatrier, donde el domingo se había detenido el encuentro después de tres horas de tenis, con un tanteo de 6-4, 6-3, 2-6 y 1-2 para Nadal.

Quebró de inicio el saque de Djokovic, se apuntó tres juegos seguidos y subió un 3-2 al marcador. Nadal parecía implacable, pero las fuerzas se fueron igualando en esta final aplazada, la primera en 31 años, y la lluvia volvió a reclamar protagonismo.

El cielo encapotado rompió en agua y a punto estuvo de volverse a interrumpir el encuentro, con 5-4 para Nadal. El drama aumentaba.

"Por favor, proteged las bolas", le dijo Nadal al juez árbitro, el sueco Steffan Fransson, que convino con los jugadores esperar un par de minutos con la esperanza de que el sol le ganara la batalla a los chaparrones.

El mallorquín quería evitar que, como en la víspera, la lluvia hiciera las bolas más pesadas, lastrando el bote de sus tiros. Esas bolas pesadas habían contribuido en la víspera a que el serbio regresara a un partido que tenía muy cuesta arriba, al endosarle ocho juegos a cero al español.

El cielo se mostró clemente con el tenis, los dos mejores tenistas del mundo reanudaron el duelo y llevaron el tanteo hasta un 6-5.

La final, en la que Nadal se jugaba entrar en la historia para adelantar al sueco Bjorn Borg en títulos de Roland Garros y en la que Djokovic intentaba cerrar los cuatro Grand Slam de manera consecutiva, tomando el relevo de Rod Laver en 1969, se volvía más eléctrica.

Pero Nadal no sucumbió a esa presión, que sí pudo con Djokovic. Con una doble falta, el serbio dejó el marcador en un definitivo 7-5. El mallorquín cayó arrodillado, fulminado por el éxito y se fue a buscar el abrazo de los suyos en las gradas para celebrar que había ganado la 111ª edición de Roland Garros. Había tocado su séptimo cielo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento