Primero fue Balmain, luego Dsquared2. Hace dos años llevaron a las pasarelas la Union Jack (bandera británica) y las barras y estrellas (de la estadounidense), y ahora la tendencia llega a las tiendas. El atractivo de sus colores siempre ha estado presente en la moda, pero ahora, con la proximidad de los Juegos Olímpicos en Londres, esta oleada patriótica ha alcanzado su máximo apogeo.
Desteñidos o con strass, de estilo vintage o grunge, en cuero o tejido vaquero, los colores y motivos anglosajones conforman un look atrevido al que ya se han rendido Katie Perry, Rihanna, Miley Cyrus o Kate Bosworth.
España, orgullo deportivo
La rojigualda se resiste a formar parte del vestuario de los españoles por connotaciones políticas, pero en el contexto deportivo se luce con orgullo, gracias a las victorias deportivas y, especialmente, al Mundial de fútbol.
A lo largo de la historia, causas patrióticas, revolucionarias o propagandísticas han llevado a estampar banderas en las prendas. Juan Gutiérrez, experto del Museo del Traje, señala que símbolos heráldicos y similares se utilizaron en la indumentaria desde mucho antes de que existieran las banderas nacionales en sí, y cita como ejemplos las cruces de las órdenes militares o la cruz de Santiago que luce Velázquez en su autorretrato en Las Meninas.
De los caballeros en los torneos medievales a la actualidad, nada nuevo bajo el sol...
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