Basta con citar las estimaciones de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Andalucía. En 2004 trabajaron para ellos más de 8.500 inmigrantes en el conjunto de la región, lo que supuso el 90% de toda la mano de obra. De éstos, más de 3.000 fueron contratados en origen. La mayoría, de Rumania.

Las nacionalidades de los temporeros se pueden descubrir por los cultivos. Por ejemplo, la fresa se ha quedado casi en exclusiva para las mujeres de la Europa del Este, mientras que a los invernaderos hortofrutícolas de Almería se van sobre todo senegaleses y subsaharianos.

¿Dónde trabajan?

Jaén. En el espárrago y la aceituna de molino, desde noviembre a febrero.

Huelva. Además de la fresa (febrero-junio), están en la campaña de la naranja.

Almería. Cultivos hortofrutícolas entre septiembre y mayo.

Málaga, Granada y Sevilla. En la aceituna de molino entre noviembre y febrero; y en la de verdeo, en Sevilla. También en el espárrago de Granada y Córdoba.

La discriminación, por origen

Un informe de Andalucía Acoge, sobre la pasada campaña de la fresa de Huelva, denuncia que hay discriminación y razones políticas a la hora de establecer los contratos en origen, ya que priman los países del Este, mientras que Marruecos o Colombia suponen un porcentaje ínfimo. Además, recoge que, aunque los empresarios ofrecen a los temporeros viviendas con condiciones para residir, ha aumentando el índice de hacinamiento.