La que mejor baile será la nueva esposa del rey de Suazilandia

Miles de jóvenes vírgenes y solteras de este país africano bailarán durante dos días para su rey, con el pecho descubierto, para mostrar que además de ser buenas bailarinas, son la mejor candidata al "sí quiero" del monarca, el último absolutista de África y que ya cuenta a sus 38 años con 27 descendientes.
Algunas de las candidatas a esposa del rey de Suazilandia. (Manuel Moreno / EFE)
Algunas de las candidatas a esposa del rey de Suazilandia. (Manuel Moreno / EFE)
Algunas de las candidatas a esposa del rey de Suazilandia. (Manuel Moreno / EFE)

Miles de chicas procedentes de todo el reino de Suazilandia coincidieron en una explanada próxima al Palacio Real para dar comienzo a una danza que se ha convertido en una de las ceremonias más vistosas de Africa.

La tradicional Danza de los Juncos reúne todos los años a decenas de miles de adolescentes y jóvenes que durante dos días cantan y bailan con los pechos descubiertos para mostrar su feminidad, vestidas con ropas que llevan los colores de la bandera nacional.

"No me importa para nada enseñar mis pechos. Es algo de lo que todos aquí nos sentimos orgullosas. Todas lo hacen, y eso nos hace femeninas", dice una de las jóvenes, Zila Gwebu, de 19 años.

Las chicas llevan prendas amarillas, rojos y azules. Portan machetes, antorchas o escudos guerreros, y también cañas de tres o cuatro metros que han recogido en los últimos días.

Todas vírgenes

En un principio, la idea de esta tradición era que todas las participantes se abstuvieran de tener sexo hasta que estuvieran en edad de casarse. El rey Mswati III suele utilizar esta ceremonia para escoger esposa (ya tiene doce).

La multitud de chicas baila encabezada por las hijas del rey, que ya tiene 27 descendientes. Se las distingue de las demás por las plumas rojas que adornan su pelo y que simula una corona, llamada "umcwasho".

En el primer día de danza, las adolescentes y jóvenes fueron llegando por grupos desde primera hora de hoy, bajo una atmósfera de alegría y exaltación, y luego se dirigieron en una inmensa fila hacia el Palacio Real.

Esta danza tiene lugar todos los años a fines de agosto o comienzos de septiembre. La fecha es elegida por los líderes tribales, según la posición de la Luna y las estrellas, en una fiesta que, con sus prolegómenos, se extiende por ocho días.

Suazilandia es la última monarquía absoluta de Africa. El rey, de 38 años, ha utilizado desde hace siete esta ceremonia para escoger una nueva esposa.

A causa de la pobreza que afecta a las tres cuartas partes de la población suazi, muchas jóvenes ven este baile como la posibilidad de escapar a la miseria por una ruta del bienestar si el rey logra fijarse en ellas.

"Yo no quiero ser reina"

Pero en la Danza de los Juncos no todas las niñas quieren llegar a ser reinas, y muchas vienen aquí movidas por otros intereses.

"Yo no busco la atención del rey. Vengo porque es parte de nuestra cultura y me encanta. Quiero seguir bailando por lo menos cuatro años más", dice Samelisiwe Dlamini, que participa en esta ceremonia desde hace seis años.

El sida, en la sombra

Pero como toda tradición, tiene sus seguidores y sus detractores, uno de estos últimos es Thelie Nwgubane, madre de una de las chicas participantes en el baile y esposa del secretario privado del Ministerio de Asuntos Exteriores.

"Es algo cultural que ya estaba cuando yo era niña. Pero, al reunirse tantas niñas, atraen a muchos hombres que buscan sacar ventaja teniendo sexo con ellas, con el riesgo de que les contagien el sida", dice Nwgubane.

"Las engatusan con teléfonos móviles o algún regalo, que ellas aceptan a cambio del sexo", agrega.

Suazilandia, un país con 1,1 millones de habitantes, tiene cerca de 220.000 personas infectados con el virus del sida, lo que representa la tercera parte de la población adulta, según el último informe de la ONU.

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