Tartas deliciosas (... y terroríficas)

  • El artista estadounidense Scott Hove hace esculturas de pasteles de aspecto apetitoso a los que añade elementos agresivos como fauces de animales.
  • 'Cakeland' contrasta las sensaciones positivas que despierta una tarta frente a la agresividad de dentaduras de leopardo, oso, babuino o visón.
  • La visión entre dulce y malvada se convierte en una alegoría de la corrupción, la avaricia, el artificio y el peligro oculto.
Uno de los pasteles agresivos del artista
Uno de los pasteles agresivos del artista
Scott Hove
Uno de los pasteles agresivos del artista

"Feliz, decadente y terrorífico", los tres adjetivos que el artista estadounidense Scott Hove escoge para referirse a sus obras  son tan contradictorios entre sí como descubrir que una tarta tiene dentadura.

Cakeland (algo así como Tartalandia) es un proyecto de esculturas e instalaciones que comenzó de modo casual y que ahora Hove desarrolla cada vez de modo más complejo. Al contrario de lo que puede parecer, el artista no es especialmente goloso, se escuda en que los carbohidratos lo adormecen, pero confiesa que no se niega "a darle un mordisco" a un pastel bien hecho.

Sentía curiosidad por la comida de mentira, siempre de aspecto delicioso, que sirve para dar realismo en las tiendas de muebles o para que jueguen los niños. En particular le atraían las tartas, "esas que te dejan terriblemente hambriento incluso cuando sabes que están hechas de escayola". Se estableció la misión de hacer una con el aspecto más apetecible que pudiera, comenzó a experimentar con poliuretano y pinturas acrílicas y no tardó mucho en lograr el postre perfecto, descubriendo las posibilidade escultóricas del lenguaje del azúcar.

Una montaña rusa de emociones

Las sensaciones positivas que se asocian a un suculento pastel sirven al artista para iniciar al espectador en una montaña rusa de emociones. Las fauces y los cuernos que presiden las obras convierten la visión en una alegoría de la corrupción, la avaricia, el artificio y el peligro oculto.

Los picos de los adornos de nata ya no parecen tan blandos y el rosa de la crema contrasta de modo turbador con las encías de las dentaduras, réplicas de animales fieros como el leopardo, el babuino, el oso, el visón o el tejón. El escultor también hace una referencia a los sistemas especialmente bellos  de defensa de animales y plantas que cuentan con un mecanismo letal para protegerse.

"Las reacciones suelen seguir un patrón", dice Hove, "hay sorpresa, hambre, incredulidad, entusiasmo, repulsión atractiva,satisfacción". El artista se ha encontrado incluso con reacciones psicosomáticas, "una de cada cuatro personas puede oler los pasteles y yo no les añado ningún aroma". Algunos fans se han atrevido a hacer versiones comestibles de las tartas tétricas, pero él descarta intentarlo. "Prefiero las de mentira porque permanecen perfectas para siempre".

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