La fotógrafa-alquimista Sarah Moon expone en Nueva York

  • El cuerpo de trabajo de la artista francesa ha sido una de las grandes influencias de la fotografía contemporánea.
  • Entre surreales y nostálgicas, sus imágenes son evocadoras del pasado y siempre están relacionadas con la imaginación infantil.
  • La muestra de la ciudada estadounidense compendia cuatro décadas.
Las fotos de Sarah Moon remiten a la memoria y la soledad con frecuencia
Las fotos de Sarah Moon remiten a la memoria y la soledad con frecuencia
© Sarah Moon, Courtesy Howard Greenberg Gallery
Las fotos de Sarah Moon remiten a la memoria y la soledad con frecuencia

Cuando a Sarah Moon (Inglaterra, 1941) le preguntan qué temas abarca su fotografía, la respuesta es tan difusa como su propia obra: "Creo que mi trabajo se basa en la relación entre la fotografía y el tiempo, la constante alusión a la pérdida, a la memoria, a la muerte..., la extraña alquimia entre el deseo y el azar".

Después de una carrera de cuatro décadas, la artista francesa se ha consolidado como una de las fotógrafas más respetadas e influyentes del panorama contemporáneo. Entre surreales y nostálgicas, con frecuente uso de técnicas tradicionales, sus imágenes son profundamente evocadoras y parecen representar el mundo tal como lo ven los fértiles ojos de la imaginación infantil.

Jamás se plegó al género de la moda

Sarah Moon: Now and Then (Sarah Moon: ahora y entonces), una exposición en la Galería Howard Greenberg de Nueva York (EE UU), compendia el trabajo de esta mujer que empezó haciendo fotos de moda, pero que jamás se plegó a los dictados de estilo del género, optando por crear escenas atmosféricas en las que la moda es un siemple apoyo. La muestra estará en cartel hasta el 16 de junio.

Hija de una familia de judíos franceses obligada a escapar a Inglaterra en 1940 por la persecución nazi, Moon empezó a hacer fotos en los años sesenta, mientras trabajaba como modelo en Londres. Le gustaba retratar el proceso interior de los desfiles como simple distracción de aficionada, pero sus fotos, estilizadas y de gran poder de sugestión, pronto llamaron la atención de los editores.

Belleza y elegancia

Como fotógrafa de moda trabajo para las publicaciones de referencia —Vogue, Elle, Harper 's Bazaar, Marie Claire...— y destacó por la creación de escenografías y la complicidad que lograba con las modelos. En 1979, dejó los trabajos puramente comerciales y comenzó a realizar obras más introspectivas y puramente artísticas, aunque siempre dotadas de una profunda belleza y elegancia.

Desde su estudio de París —Moon está casada con el visionario editor y comisario de exposiciones francés Robert Delpire—, la fotógrafa radicalizó progresivamente su apuesta artística: adoptó el blanco y negro y la película Polaroid como medio expresivo y comenzó a experimentar en la imaginación infantil, el ensueño y el surrealismo, al tiempo que degradaba sus fotos para expresar el paso inexorable del tiempo y la descomposición. Los desenfoques y largos tiempos de exposición son otra constante en su trabajo.

Memoria, muerte, infancia, soledad...

Aunque sus primeras fotos están influidas por Guy Bourdin, el tono de Moon ha girado hacia la estética del expresionismo alemán, el cine de los años treinta y el trabajo de artistas plásticos como Delacroix. En la temática de sus obras hay referencias constantes a la memoria, la muerte, la infancia, la feminidad y la soledad.

Moon ha experimentado también con el cine, rodando varios cortos y documentales. Su obra ganó el Infinity Award del International Center of Photography en 1985.

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